Siria acusó hoy en la ONU a Médicos Sin Fronteras (MSF) de ser "una rama de la inteligencia francesa", pero negó ser responsable del bombardeo de uno de sus hospitales en el norte del país, del que culpa a la coalición internacional liderada por Estados Unidos.

"Tenemos información creíble de que la coalición estadounidense golpeó el hospital", dijo a los periodistas el embajador sirio ante la ONU, Bashar Yafari, que acusó a las potencias occidentales de haber iniciado una campaña para tratar de responsabilizar de ello a Siria y a su aliada Rusia.

Sin embargo, al mismo tiempo Yafari aprovechó para arremeter contra MSF, organización a la que describió como "una rama de la inteligencia francesa que opera en Siria".

Según el embajador, "el llamado hospital fue instalado sin consultar previamente al Gobierno sirio", por lo que la propia organización debe "asumir las consecuencias" de lo ocurrido.

MSF dijo hoy que en el ataque aéreo contra el hospital de la localidad de Maarat al Nuaman murieron al menos once personas: cinco trabajadores del centro, cinco pacientes -entre ellos un menor de edad- y un acompañante.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos apuntó este lunes a la aviación rusa como responsable de la acción, algo que el Kremlin ha negado.

La ONU dio cuenta el lunes de una serie de ataques con misiles contra media docena de edificios médicos y educativos, uno de ellos el hospital de MSF, en las provincias de Alepo e Idlib, en el norte del país, con un saldo de medio centenar de muertos.

Francia, país de origen de MSF, condenó hoy el "bombardeo deliberado" de la instalación de MSF y de otros centros sanitarios.

"Los ataques contra instalaciones médicas por parte del régimen y de sus aliados son inaceptables y suponen un crimen de guerra", dijo a los periodistas el embajador francés ante Naciones Unidas, François Delattre.

El Consejo de Seguridad de la ONU, que hoy analizó la situación en Siria, no pudo ponerse de acuerdo sobre lo ocurrido con el hospital destruido este lunes, explicó su presidente de turno, el venezolano Rafael Ramírez.

Según Ramírez, no hubo consenso sobre la cuestión dado que los miembros tienen "diferentes fuentes de información" sobre este episodio.

"Por supuesto, todo el mundo está preocupado por los bombardeos de instalaciones humanitarias. Igual que en Yemen, que en Gaza, que en Afganistán", dijo el embajador venezolano.

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