Tres mítines multitudinarios en las ciudades turcas de Ankara, Estambul y Adana pusieron fin ayer a una campaña electoral tensa para las elecciones generales de hoy, consideradas cruciales por los partidos políticos.

Proteger al país de la amenaza terrorista es la promesa que reiteró en Ankara el primer ministro interino y dirigente del partido islamista AKP, Ahmet Davutoglu, quien perdió la mayoría absoluta en las elecciones de junio pasado. “Queremos trabajar solos”, ha sido el lema de su campaña en alusión a la aspiración de recuperar los 18 escaños que separan a su partido de la mayoría absoluta. Impedirlo es la prioridad de otros tres partidos, el socialdemócrata CHP, el ultranacionalista MHP y el izquierdista prokurdo HDP.

Así lo subrayó el dirigente del CHP, Kemal Kiliçdaroglu, en el acto de cierre de campaña en Estambul, donde acusó al AKP de haber arrastrado el país a repetir elecciones sólo por el afán de no compartir el poder.

El presidente Recep Tayyip Erdogan convocó estas elecciones después de que no se formara ninguna coalición de gobierno tras los comicios del 7 de junio. En esa ocasión, el AKP sumó 40.9% de los votos y perdió así por primera vez la mayoría absoluta. El HDP superó por primera vez y de manera sorpresiva la barrera del 10%, sumando 13.1% de los votos, e ingresó en el Parlamento.

El HDP canceló todos sus mítines electorales tras el doble atentado suicida que el 10 de octubre mató a 102 personas en una marcha por la paz en el centro de Ankara, a la que asistieron simpatizantes del HDP y del CHP.

Fuertes medidas de seguridad han sido desplegadas en todo el país, en especial en las provincias del sureste, donde se concentra la mayor parte de la minoría kurda, para garantizar la tranquilidad en la jornada de hoy. Seis partidos políticos y 21 candidatos independientes compiten por el voto de los turcos. Se prevé una participación de entre 84% y 91%.

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