El presidente de EU, Barack Obama, calificó hoy al dimisionario presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, como "un buen hombre y un patriota", y aseguró que, pese a sus desacuerdos, espera que su sustituto comprenda las dificultades de su trabajo como él lo hizo.

En una comparecencia con los medios con motivo de la visita del presidente chino, Xi Jinping, a EU, Obama dijo que la renuncia anunciada por el líder republicano esta mañana le "pilló por sorpresa" y que inmediatamente le telefoneó para hablar "directamente con él".

"John Boehner es un buen hombre, un patriota. Se preocupa profundamente por la Cámara, por sus votantes y por Estados Unidos", dijo el presidente estadounidense, quien reiteró la importancia de que supiera entender que cuando se gobierna "la mayoría de las ocasiones no se consigue el 100 % de lo que uno quiere".

"No voy a prejuzgar a quien sea el próximo presidente de la Cámara Baja, tendrá que ser decidido por la Cámara (...). Pero lo que sí diré es que espero entienda lo que John entendió: que podemos tener desacuerdos en asuntos", pero hay que buscar los lugares comunes, apuntó el mandatario.

Obama deseó que el próximo líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, quien habrá de sustituir a Boehner a partir del próximo 30 de octubre, evite caer en nuevos cierres parciales del Gobierno o ponga zancadillas al crecimiento económico y la inversión, por el bien del país.

El presidente insistió en que "no es ninguna debilidad" ceder para conseguir acuerdos por el bien de los ciudadanos, e insistió en que precisamente eso es lo que ocurre cuando uno trabaja en alguno de los órganos gubernamentales del país.

Obama y Boehner han protagonizado duros cruces de acusaciones, especialmente cuando no han podido encontrar esos espacios comunes, como con la aprobación de la reforma migratoria integral, una de las promesas del presidente estadounidense que el congresista bloqueó en su cámara tras ser aprobada en el Senado.

Boehner, de 65 años, trabajará no obstante hasta finales de octubre, por lo que aún deberá lidiar con el ala más ultraconservadora del partido: el "Tea Party" , para acordar con los demócratas el presupuesto para el siguiente año fiscal y así evitar otro cierre parcial del Gobierno el próximo jueves.

Han sido precisamente sus compañeros afines al Tea Party quienes han forzado la crisis de su liderazgo, poniendo en duda su capacidad para gestionar su bancada en el Congreso.

ahd

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