Al menos 74 rebeldes integristas islámicos y 40 miembros de las fuerzas del gobierno sirio han muerto en combate desde el viernes pasado cerca de las aldeas chiíes de Fuá y Kefraya, en las que está previsto que comience hoy un alto al fuego.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos explicó que hoy reinaba la calma en las inmediaciones de estas dos localidades, cercadas desde hace meses por los rebeldes islámicos y las únicas que quedan en manos del Gobierno que encabeza el presidente sirio, Bachar al Asad, en la provincia septentrional de Idleb.

Se espera que el alto el fuego entre en vigor a mediodía (09:00 GMT) tanto en Fuá y Kefraya como en las poblaciones de Al Zabadani y Madaya, situadas en la periferia de Damasco.

En agosto, el régimen y los rebeldes pactaron otro alto al fuego para Al Zabadani, Madaya, Fua y Kefraya, que fracasó debido a diferencias en ambos bandos.

Los días previos a esta nueva tregua han sido especialmente violentos en los alrededores de las citadas localidades chiíes de Idleb, con combates en las zonas de Tel al Jarba y Al Sauagia.

En la lucha perecieron al menos 36 cabecillas y miembros sirios del Frente al Nusra -la filial de Al Qaeda en Siria- y de otros grupos integristas, como Yund al Aqsa (soldados de Al Aqsa) y el Movimiento de los Libres del Sham.

Entre los combatientes aliados de los radicales islámicos perecieron unos 30 guerrilleros extranjeros, entre ellos uzbekos y chechenos. Otros ocho yihadistas se suicidaron con coches bomba durante los combates.

En el bando gubernamental, murieron 40 componentes de las Fuerzas de Defensa Nacional -milicias progubernamentales- y del movimiento chií libanés Hizbulá.

La guerra civil en Siria ha dejado ya más de 240 mil muertos, de los cuales casi 72 mil eran civiles, según el último balance del Observatorio Sirio de Derechos Humanos sobre un conflicto que dura ya cuatro años.

jlc

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