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En el Distrito Federal hay 500 mil personas con discapacidad, del total, 90% no tiene acceso a oportunidades laborales.

De acuerdo con datos de la Junta de Asistencia Privada del Distrito Federal (JAP), la tasa de desempleo en esta población es cinco veces mayor a la de personas que no la tienen, por lo que es necesario que se creen más políticas públicas en favor de este grupo “fomentando la visión empresarial y de rentabilidad”, dijo Carlos Madrid, presidente de la JAP.

Con el objetivo de mantener vigentes a las 42 Instituciones de Asistencia Privada (IAP) orientadas en los discapacitados y que cuentan con programas de empleo, el consultor español Carlos Fernández capacitará a representantes de las asociaciones en manejo empresarial, con el objetivo de mejorar los resultados de los procesos productivos que realizan.

“En el mundo, en el país y en la ciudad se está desperdiciando 15% de la población que tiene discapacidad y que puede integrarse al sector productivo. Si se analizan los intereses económicos públicos, significaría más gente aportando a los erarios y menos esperando recibir un apoyo”, dijo Fernández.

El consultor sostuvo la necesidad de ampliar las políticas públicas para garantizar la inclusión laboral pensando en la diversidad. Asimismo, invitó a los empresarios capitalinos a contratar a personas con discapacidad por sus habilidades y no por cumplir una cuota o por acceder a beneficios fiscales.

“Quienes carecen de algún sentido tienen los otros más desarrollados, por lo que, por ejemplo, una persona sorda es eficiente en trabajos donde haya que capturar datos; mientras que los ciegos tienen grandes cualidades como telefonistas”, explicó.

Precisó que entre los principales motivos por los que se evita la contratación de estos grupos es porque se cree que faltarán al trabajo para ir constantemente al médico y porque se piensa que será costoso hacer adaptaciones a las oficinas “sin embargo todos estos son mitos pues el trabajo adaptado no requiere deshacer espacios por completo, sino cambios mínimos, sin contar que una persona con discapacidad resulta eficiente y comprometida porque no tiene tantos espacios abiertos para laborar”, dijo Carlos Fernández.

El empresario y consultor español, quien padece ceguera desde su juventud, señaló que abrirle las puertas a las personas con discapacidad les permite generar hábitos productivos, tener ingresos, hacer relaciones sociales y ganar independencia, lo que termina impactando positivamente en su salud y calidad de vida.

“Para los gobiernos o las empresas, incluirlos se trata de una gestión económica pues se traduce en más capital humano; sin embargo, para las personas que se emplean significa abrirles las puertas a la vida. Por cualquier lado que se vea resulta positivo”, dijo Fernández.

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