Se aleja corriendo, debido a que el atronador ruido de la bomba de diésel no le permite contestar su teléfono celular. "Sí, estamos viendo cómo salvar algunas [plantas de noche buena], pero la verdad la lluvia sí estuvo fea", expresa Héctor Guzmán Sánchez, agricultor en Xochimilco.


El productor camina entre el lodo con sus botas largas de plástico negro, a traviesa su terreno y mira dentro de una pequeña carpa algunas de las plantas que logró rescatar. "Eran como las dos de la mañana. Lo primero que hice fue prender la bomba y desde entonces no la he apagado. El aguacero que cayó sí me causará pérdidas, pero no tanto como a otros compañeros".


Para Héctor no es la primera vez que la naturaleza le intenta arrebatar su producción de plantas. En años anteriores se ha enfrentado a heladas, lluvias y hasta plagas, pero ha logrado salir adelante.


Sus ojeras y el cansancio de su voz reflejan el esfuerzo y el estrés al que ha sido sometido desde la madrugada. "Por fortuna sólo perderé unas 3 mil o 4 mil plantas de nochebuena, pero yo produzco más de 35 mil. Sin embargo, debido a las medidas y los gastos extras para salvar las plantas, considero que el precio se va a disparar durante la temporada de noche buena".


El hombre de más de 30 años en el oficio conoce a sus compañeros y sabe de la desgracia por la que están a travesando, por ello aventura a creer que la noche buena no ilumimará de rojo este diciembre como en otros años.

cg

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