CDMX y Edomex, avanzan poco en plan Proaire

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En el plan Proaire existen diversas medidas para el cuidado del medio ambiente, de las cuales los gobiernos de la Ciudad de México y el Estado de México han mostrado pocos avances.

El 1 de abril, el jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, pidió al presidente Enrique Peña Nieto un fondo de alrededor de 5 mil millones de pesos para la mejora del transporte público. Esta cifra equivale a la tercera parte estimada en Proaire, que contempla “renovar la flota vehicular de transporte de pasajeros de baja, mediana y alta capacidad”.

“La renovación permanente debe formar parte de la regulación, de manera que la edad máxima promedio del parque vehicular activo sea menor a 10 años”, se explica en el documento.

En lo que respecta al parque vehicular del servicio de limpia, en 2015, el gobierno de la CDMX informó que a finales de ese año se comenzaría la renovación de los camiones con más de 20 años de uso. Sin embargo, en el documento se establece que esto iniciaría en 2011.

En cuanto al ordenamiento de taxis, Proaire indica que se debía diseñar un sistema para minimizar la circulación sin pasaje y disminuir las emisiones. La idea original planteaba la construcción de bases en lugares estratégicos a partir de 2013, con un presupuesto de cinco millones de pesos. Para esto, se debía “definir una red oficial de bases revalidando aquellas que cuenten con los requisitos necesarios y que, por su ubicación, no entorpezcan el tráfico”.

Las motos y el Hoy No Circula. Las emisiones de las motocicletas en la Ciudad de México ocupan el primer lugar en generación de contaminantes tóxicos, señala la versión más reciente del Inventario de Emisiones de Contaminantes y de efecto Invernadero, que data del año 2012.

En el informe de actividades que entregó la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México (Sedema) a la Asamblea Legislativa, en 2013, se informaba que “ante la falta de normatividad aplicable a la evaluación de las emisiones de estos vehículos, la Sedema trabajará para desarrollar un protocolo de prueba y definir límites máximos permisibles para este tipo de automotor, todo ello en una Norma local Ambiental.

“Se ha tenido un acercamiento con la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), para solicitar su apoyo con la aportación de motocicletas que puedan ser utilizadas para las pruebas”, dijo la Sedema a los legisladores.

Topes y fugas. El último plan de Proaire contempla la “elaboración de un programa de agilización permanente de los flujos vehiculares” pues “el congestionamiento vial es causado, entre otras cosas, por topes muy altos y mobiliario urbano mal colocado. Por lo anterior, se presupuestaron 5 millones de pesos para el estudio correspondiente”.

Hace unas semana el gobierno capitalino anunció el retiro de más de 2 mil topes en la ciudad.

Se estima que en 2012, por fugas y quema ineficiente del combustible se emitieron a la atmósfera poco más de 72 mil toneladas de gas LP, lo que equivale a llenar diariamente cerca de diez mil cilindros de gas de 20 kilos. Proaire pidió atender la situación.