Troletarios del mundo: ¡viralizaos! No leí ni escuché, este primero de mayo, de partidos, candidatos ni líderes sindicales que postularan la lucha de clases como motor de la historia. Ni que propusieran la dictadura del proletariado como fase previa hacia la anhelada sociedad sin clases. Apenas trascendió la demanda de mejoras salariales en un mitin de 20 minutos del sindicalismo oficial; las marchas del sindicalismo no oficial, entre las que destacaron las huestes magisteriales de López Obrador asegurando que la reforma educativa va a caer (para con ello recuperar el control de plazas y escuelas), y tuits de los aspirantes a la Presidencia en la instrumentación de su estrategia central: la ‘lucha de frases’.

Es la lucha por ‘viralizar’: por hacer que sus textos e imágenes se auto-reproduzcan a manera de virus, en las diversas plataformas digitales. Son batallas que se libran sobre todo en las llamadas redes sociales, entre los llamados a su vez troles de los partidos: los que ‘suben’ a internet mensajes provocadores, mentirosos, emocionales, groseros, ofensivos y generadores de confusión, que amenazan con establecer lo que, a falta de contenidos congruentes con el día internacional de los trabajadores, propongo llamar una dictadura del troletariado: fase previa a la degradación total del debate público y a la destrucción del sistema democrático.

El libro de 1992, De la lucha de clases a la lucha de frases, del inolvidable intelectual y comunicador santanderino mexicano Eulalio Ferrer, aunque referido todavía a los mensajes para la tele y los titulares de los periódicos, ha resultado profético para ilustrar el traslado de los campos de batalla de los medios tradicionales a las redes, con ráfagas y disparos de unos cuantos caracteres. El crédito de la frase se lo reconoce a don Eulalio nada menos que John Keane, si bien éste subraya que aquellas frases de la comunicación del siglo XX suenan huecas en el siglo XXI.

Democracia monitorizada y sus riesgos. Este afamado politólogo australiano, profesor de universidades de Londres, Berlín y Sidney, revoluciona ahora el pensamiento universal sobre la democracia con un libro publicado en inglés en 2009 que en unos días empezará a circular en español con el sello INE/FCE, Vida y muerte de la democracia. Esta edición se actualiza con un prólogo del autor a la versión española y una presentación del consejero presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova Vianello.

Imposible comprimir en estas líneas los méritos de esta obra, pieza central de la promoción ‘Pensar la democracia’ que el Fondo de Cultura Económica ha lanzado para este año electoral y del cincuentenario del Movimiento del 68. Vida y muerte de la democracia empieza por tirar mitos como el de la cuna griega de los principios democráticos, sin desconocer los aportes de la Grecia Antigua a este respecto, y termina por inventariar las contribuciones de la abundancia comunicativa al escrutinio masivo de los poderes, como parte de lo que propone como fase actual de la Democracia: la ‘Democracia monitorizada’, sin ignorar que podría no sobrevivir a lo que llama sus ‘letales efectos’.

Alerta máxima. Keane rehúsa la futurología tradicional de escenarios y horizontes, con frecuencia engañosos, para vislumbrar qué sigue al llegar a la primera década del siglo XXI en que empieza a desvanecerse la antigua euforia por las instituciones y los ideales democráticos. Y contra lo que se apresuran a decretar analistas del presente mexicano que fincan el desencanto y el enojo nacional con mirada provinciana y claros fines electorales, para Keane, el fenómeno no se origina en un país, ni en un gobierno ni en un partido: es universal. Y en una afortunada operación narrativa, pone a una imaginaria historiadora de dentro de 50 años a historiar nuestro tiempo de hoy con una precisión portentosa de nuestras patologías políticas y de sus posibles tratamientos, que pueden conducir o no a la muerte o a la sobrevivencia de la democracia.

Director general del FCE

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