Ante los nuevos hechos violentos que se registraron en el Penal del Cadereyta, el presidente estatal del PAN, Mauro Guerra Villareal, demandó la renuncia de los directores de dicho reclusorio, además de los de Apodaca y Topo Chico.

Asimismo cuestionó la actuación del vocero de seguridad, Aldo Fasci Zuazua, al pretender minimizar la gravedad de los hechos ocurridos el lunes, cuando inicialmente aseguró que sólo había un lesionado y al final aceptó que fueron siete.

“Presentar cifras para hacer ver que los problemas son menores es una clara manifestación de la incapacidad de presentar planes y acciones concretas que resuelvan los problemas de los penales, quien no pueda, que renuncie”, pidió el panista.

Agregó que el motín registrado el lunes en el penal de Cadereyta, y los disturbios de este martes, además de la humillación que sufrieron cuatro internos en el reclusorio de Apodaca, que incluso fue permitido por celadores que recibieron órdenes de un grupo criminal, son las últimas muestras de que el estado no tiene el control de los centros de reclusión.

“La situación de Nuevo León se asemeja a un lamentable guion de película que se repite día tras días donde las autoridades estatales son meros espectadores pasivos ante la realidad que se vive, ya se sea por apatía o incapacidad de resolver los problemas al interior de los penales”, señaló Guerra Villarreal.

“El descontrol en Topo Chico y ahora Cadereyta sacuden a los regiomontanos que ven con preocupación que la inseguridad en los penales es muestra del descontrol que hay en este gobierno”, que ante su incapacidad para resolver los problemas pretende minimizarlos, como si con ello fueran a desaparecer, concluyó el presidente estatal del PAN.

afcl

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