Por un “desorden mental” que la Fiscalía del Estado descubrió a través de exámenes psicológicos, es que doña Juana, como se le conocía en su colonia, permaneció nueve meses muerta en su vivienda.

Doña Juana vivía con sus hijos Nancy, David y Leslie en una humilde casa de madera ubicada en la avenida Chilpancingo de la colonia Indeco. Ayer se informó que, aproximadamente a las tres de la mañana, fue encontrado su cuerpo en avanzado estado de descomposición.

La investigación de la Fiscalía arrojó que, como si se tratara de una película de terror, sus hijos convivieron con el cadáver durante nueve meses por un trastorno mental que padecen.

Dicha investigación incluye el testimonio de una vecina, quien dijo que los hijos de doña Juana eran poco amigables y que parecían andar “como idos de la mente”.

Este desorden mental, según los resultados de los exámenes psicológicos, provoca que difícilmente se deshagan de los objetos.

Los agentes de la Fiscalía, al ingresar a la vivienda, encontraron todo desordenado, heces fecales de perros y gatos por donde sea y muchas cosas inservibles almacenadas.

Esa madrugada, don Vicente ‘N’ llegó de visita a ver a su hija Juana. Se explica en la indagatoria que don Vicente encontró a su hija hecha ya una osamenta. Le sorprendió que sus nietos le insistían en que estaba viva, “sólo dormía”.

No pudo avisar de inmediato a las autoridades porque los hijos de la víctima no aceptaban el deceso y lo obligaron a sentarse junto a su hija y platicara con su cadáver.

Finalmente, con apoyo de una vecina que dijo que se había percatado de los olores fétidos desde hace meses, reportó el hecho.

La Fiscalía llegó y sacó por la fuerza a todos los hijos y comenzaron las diligencias. Los restos de doña Juana fueron reclamados por don Vicente.

afcl

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