estados@eluniversal.com.mx

Desde el 30 de marzo de 2015 adquirieron su nueva personalidad en la ciudad de México, aunque muchos años atrás ya habían dejado el género con el que nacieron. Christopher Juárez Reyes y Angie Sananda Castro son veracruzanos y transgénero.

Tienen su credencial del Instituto Nacional Electoral (INE) con el género y nombre que escogieron; sin embargo, ha sido tortuoso el trámite para conseguir que el Registro Civil del Estado de Veracruz resguarde su acta de nacimiento primigenia y haga la acotación necesaria. También se requiere vincular la Clave Única de Registro de Población (CURP) anterior con la nueva.

Fueron registrados en Banderilla y Coatepec, municipios conurbados a la capital del estado, por lo que ahí acudieron —hace casi 10 meses— en primera instancia para que les hicieran una inscripción marginal en su primera acta de nacimiento, la liguen y den antecedente de que ya no utilizan el nombre anterior.

A los dos jóvenes los remitieron a las oficinas del Registro Civil del estado, que se concentran en la ciudad de Xalapa. Ahí encontraron prepotencia y burlas, pero sobre todo el “rechazo” por parte de los servidores públicos.

“Fui primero al Registro Civil donde me registraron y conseguí que me vieran feo; la chica que me atendió me dijo: ‘No sé de qué hablas’, luego me pasó con su jefe, quien fue muy prepotente”, comenta Christopher Juárez, quien cursa el último semestre de Biología en la Universidad Veracruzana, donde obtuvo hace seis meses el reconocimiento de su identidad masculina en todos sus documentos escolares.

También encontraron desconocimiento y autoritarismo por parte de las autoridades, comenta Angie.

“Nos dijeron: ‘No tenemos leyes, no tenemos una orden, no sabemos qué hacer y nadie nos puede venir a decir lo que tenemos que hacer. El Distrito Federal no tiene ninguna jurisdicción, nadie nos puede mandar’. Nos estuvieron dando vueltas, vueltas, y nos hicieron regresar”, relata.

En el Distrito Federal, a partir de marzo de 2015, se requiere hacer un único trámite para cambiar de género, gracias a las reformas al artículo 135 bis de su Código Civil; sin embargo, en el estado de Veracruz no se ha legis-
lado en la materia.

Lo que no se puede borrar. Desde los 18 años de edad, Angie, quien prefiere no revelar su primer nombre, se dejó crecer el cabello, cambio su ropa de varón por la de mujer y ahora se siente plena emocionalmente, pero le falta arreglar la parte legal para crecer en el plano profesional.

Sabe que hay cosas que no puede ocultar, pero no quiere ir por la vida mostrando a todos su credencial y su acta de nacimiento para explicar que cambió de género y de nombre.

“Sabemos que hay cosas que no se pueden borrar, sabemos que si tenemos una pareja tenemos que ser honestos y decir cuál es nuestra situación, es parte de lo que lidiamos y tenemos que vivir, es obvio que no se puede borrar un acta primigenia, pero sí necesitamos las herramientas para crecer”, comenta.

Como parte de su preparación profesional, Angie quiere cursar una licenciatura sin tener que enfrentar el bulliyng que la llevó a dejar sus estudios. “Ya no quiero vivir esa experiencia porque es algo que sí te desgasta, te lacera e incomoda”, dice.

En espera de reconocimiento. Christopher Juárez tiene 23 años, hace poco más de 24 meses inició biológicamente su cambio de género a través de la inyección de hormonas y la mastectomía. Y hace medio año, junto con Amaranta Gómez Regalado, se convirtieron en los primeros universitarios en Veracruz en obtener el reconocimiento que avala la identidad genérico-sexual y su personalidad jurídica.

Aunque en sus credenciales del INE y escolar ya aparece su nombre y fotografía actual, seguirá en la lucha para que el Registro Civil de Veracruz reconozca su género masculino y vincule su nuevo CURP con el anterior.

“Esperamos tener una respuesta pronta y sensibilizarlos para los que vienen… seguiremos esperando y tocando puertas”, añade.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses