Fósiles de la era mesozoica, insectos de 23 millones de años atrapados en el ámbar y vestigios de mega fauna de la última glaciación, clasificados como nuevos registros para la ciencia, son rescatados, preservados y estudiados por especialistas del Museo de Paleontología Eliseo Palacios Aguilera en Tuxtla Gutiérrez, y científicos del país y el extranjero.

Los trabajos de exploración y rescate de piezas, que iniciaron en 1941 y se reactivaron en 1989, reúnen 200 fósiles y 53 muestras de ámbar con inclusiones de fauna y flora del periodo mioceno.

Marco Antonio Coutiño José, director del Museo de Paleontología Eliseo Palacios Aguilera, dijo que Chiapas es uno de los estados fosilíferos que aporta a la investigación nacional vestigios de las eras paleozoica, mesozoica y cenozoica.

La colección de fósiles del Museo de Paleontología Eliseo Palacios Aguilera se remonta a 90 a 110 millones de años.

En ella se encuentran registros de géneros y especies nuevos para la paleontología. Se trata de peces prehistóricos como el Pepenkay Maya y Zoqueichthys Caralinae de América, éste último cuyo nombre deriva del grupo étnico zoque del centro de Chiapas.

Una tercera aportación novedosa para la ciencia es el pez fósil Sapperichthys Chiapanensis.

Estos especímenes fueron localizados en la comunidad El Chango del municipio de Ocozocoautla de Espinosa, en la Sierra Madre del estado.

El biólogo Coutiño José precisó que en el rango de nuevos registros científicos se encuentra además una variedad de crustáceos, que data de hace más de 100 millones de años, los cuales se clasifican como Mokaya Changoensis, Zoquepenaeus Spinirostratus, Talpenaeus Exili chelatus y Mexicania Grijalvaensis.

De periodos más recientes, el Museo de Paleontología Eliseo Palacios Aguilera alberga fragmentos de ámbar de 23 millones de años, con incrustaciones de insectos, reptiles, batracios y arácnidos.

Las semillas, flores y hojas atrapadas en la resina permiten estudiar la flora, los ecosistemas y los procesos evolutivos en ese periodo de la Tierra.

En las salas de exhibición, el laboratorio y la colección se encuentran vestigios petrificados de gliptodontes, mastodontes, de tigres dientes de sable y caballos, entre otras especies, que habitaron el territorio chiapaneco y el continente americano.

Para el biólogo y experto en paleontología Coutiño José los campos fosilíferos chiapanecos, localizados en los municipios de Simojovel, Totolapa, Ocozocoautla de Espinosa, Villacorzo y Comitán de Domínguez, entre otros, son fuentes directas para la investigación.

El científico señala que las manifestaciones y el desarrollo de las distintas formas de vida antigua están fijadas en los restos mineralizados.

Los fósiles son mapas esculpidos por el tiempo. Nos indican rutas de hallazgos sobre el origen y la evolución de los diversos géneros y especies, precisa.

spb

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