Los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa marcharon por las calles de Iguala, municipio en el que ocurrieron los hechos trágicos, para conmemorar el primer aniversario de la desaparición de los estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos en septiembre del año pasado.

Al grito de "no nos cansemos de luchar, la verdad tendrá que aparecer", los inconformes llevaban coronas de flores y pancartas con los rostros de los 43 desaparecidos e invitaban a la población de Iguala unirse a la exigencia de justicia, pues señalaron que de no ser así, son cómplices del gobierno del ex alcalde José Luis Abarca y de la delincuencia organizada que opera en el municipio.

Los manifestantes hicieron una parada en el hospital Cristina donde los estudiantes se refugiaron la noche y madrugada del 26 y 27 de septiembre, mientras uno de los estudiantes recordó los hechos y recriminó que los doctores de ese centro hospitalario se negaron a atender a uno de sus compañeros heridos, por lo que uno de los inconformes hizo una pinta en la pared del mismo con la palabra "asesinos".

El estudiante señaló la intervención del Ejército mexicano del cual señaló complicidad con grupos criminales.

Posteriormente hicieron una segunda parada en el obelisco en memoria de los estudiantes Julio Cesar Ramírez Nava y Daniel Solís Gallardo, donde dejaron una corona de flores, un rosario y encendieron veladoras.

La madre de Julio César, Bertha Nava Martínez, pidió que el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) permanezca en México.

Posteriormente, los manifestantes avanzaron hasta llegar al obelisco que se hizo en memoria del estudiante Julio César Mondragón, quien fue degollado en ese punto.

Por medio del alto parlante, los inconformes señalaron al gobierno de querer desaparecer la escuela normal rural de Ayotzinapa, sin embargo afirmaron que de ser así, se levantarán en armas, pues no permitirán que el pueblo "siga sumido en la ignorancia".

tpc

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