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Hay cosas de las que hace falta hablar: la violencia que padecen las mujeres, el bullying, el acoso y las situaciones de riesgo en los adolescentes. Y qué mejor que un micrófono para llegar a más gente, para recibir casos de ayuda, para orientar con apoyo de expertos. Sin embargo la negativa fue constante para Verónica del Castillo a la hora de buscar un espacio para su propuesta Los huevos no son al gusto en la radio.

“Toqué puertas en radiodifusoras y me decían que estaba bueno el proyecto pero no había dinero, (la razón) es que a la gente quiere hablar de temas que rinden culto al dios rating”.

Sin un lugar para dar vida a Los huevos no son al gusto se lanzó a la aventura con ayuda de sus padres, quienes le ofrecieron, para hacer el programa, una recámara de su casa, justo la que perteneció a su abuelita.

Hace un llamado a los patrocinadores que quieran sumarse, que también quieran dar luz a temas que aún siguen en la oscuridad. Su papá, cuenta, también le regaló un amplificador.

“Yo estoy en contra de que (en la tv) a la mujer se le use como un artículo, de adorno, somos personas, desafortunadamente el hambre es fuerte, dar el clima es un trabajo respetable pero hay muchas chicas que empiezan a subirse la falda, el escote, es algo que yo nunca hice ni en Primer Impacto, que ese era el perfil, yo era la más tapadita”.

Recordó que para aparecer en televisión siempre se acercaban a maquillarla en exceso, algo que ella detenía. “Me importaba más lo que iba a decir que cómo me veía, tenemos que preocuparnos por estar preparadas, ya la gente casi no lee y menos ahora con el Internet. Las mujeres tenemos este doble reto de comprobar que somos pensantes o no nada más bonitas.

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