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Igual que como a muchos otros artistas urbanos en México, al freestyler Aczino le dijeron que no podría vivir de hacer grafitis, rap o de patinar.

Hoy, el joven de 25 años vive de ello y es una celebridad en Latinoamérica y España, con patrocinios internacionales aunque en México aún permanece en el “gueto”.

Son las 18:00 horas del primer fin de semana de noviembre, el calor en la playa Costa Verde de Lima Perú supera los 30 grados pero eso no impide que más de 25 mil personas en su mayoría jóvenes estén impacientes alrededor de una tarima gritando desenfrenadamente “¡Aczino!”, (léase “asesino”).

De pronto un chico no mayor a 20 años sale al entarimado, la audiencia se vuelca desenfrenada, parecería que se trata de un nuevo Justin Bieber, algún integrante de One Direction o un cantante local. Nada más alejado de la realidad. Es Mauricio Martínez, nombre que quizá a nadie le parezca conocido, mucho menos el apodo que porta desde hace más 10 años: Aczino.

El joven mexicano, a su llegada a Lima, provocó tumultos con centenares de jóvenes pidiendo un autógrafo o una foto con este artista urbano, que ha hecho de su amor al hip hoy y rap, un negocio del que hoy vive.

Aczino llegó este año con los mejores pronósticos para ganar el campeonato mundial de freestyle (rap improvisado) “Red Bull Batalla de Gallos”, concurso en el cual en los dos años anteriores había quedado en segundo lugar.

Tenía todo para ganar, los jueces decían que era al que más posibilidad le veían. Es uno de los más veteranos en la competencia y el público lo ama. Con lo único que no contaba fue que en la primera ronda se enfrentó al participante local Jota. Tras estar nervioso y tener un público que evidentemente apoyó a su compatriota, Aczino perdió el round y así la oportunidad de ganar el campeonato. Tras la pelea, el joven se muestra positivo y dice que “desde pequeño aprendí que si quería las cosas no sería fácil obtenerlas”.

De pequeño, Mauricio Martínez nació —dice el mismo— en un entorno complicado, en donde las peleas, los vicios y la falta de oportunidades permeaban a su alrededor.

“Soy de Ciudad Neza, recuerdo que mi primer acercamiento al rap fue a través del grafiti y patinar, en la escuela me decían que eso era de delincuentes y que tenía que estudiar algo para poder vivir”, recuerda.

A los 10 años ya hacía sus primeros grafitis, se montaba en la patineta y su cabellera lucía cortes que sus profesores llamaban “de vándalo” o “de asaltante”; él recuerda que nadie entendía que él quería ser rapero.

En 2002 Mauricio vio junto a unos amigos una película que le cambió la percepción de la vida y lo que quería de ella: 8 miles, historia sobre un chico rubio de los suburbios bajos de Detroit, que persigue su sueño de ser rapero y tras diversas vicisitudes lo logra.

En el filme, protagonizado por Eminem y cuya historia es similar a lo que el propio artista vivió antes de tener éxito, Mauricio vio que alguien había conseguido y vivía de lo que todos a él le habían dicho no podía hacer.

Hoy Mauricio tiene 25 años, casi siete de dedicarse a rapear de manera profesional, lo que le ha permitido viajar por el mundo compitiendo y abriéndose una vida que, así lo resume él, “jamás pensé conseguir”.

Mauricio puede decir que rapear le ha dado todo lo que quería y más. Es un personaje conocido en Centro y Sudamérica. En Europa su nombre también comienza a figurar.

Italia, España, Chile, Argentina, Perú, Brasil y Colombia son algunos de los territorios en los que su nombre artístico tiene peso y le ha permitido mantener a su esposa y dos hijas.

“Al principio lo hacía por hobbie, pero cuando iba a tener a mi primera hija me enfrenté a la decisión de buscarme un trabajo normal o dedicarme a rapear. Para ir a mi campeonato tuve que arriesgar todo el dinero que tenía y gastarlo en ir a Colombia a competir, aún sin saber si iba a ganar y teniendo a mi primer niña recién nacida”, explicó.

Tras quedar en aquella ocasión en segundo lugar, las cosas para Aczino cambiaron.

Sin salir en televisión, tener un disco o ser youtuber, los patrocinios comenzaron a llegar. Hoy marcas como Puma, RedBull, Reef y hasta los vaporizadores G Pen (aquellos de los que es imagen Snop Dog) lo tiene en su nómina. Aunque ya no vive en Nezahualcóyotl, Mauricio sigue apoyando a sus amigos, por ello también es imagen de marcas de tinta en aerosol nacional como The Crew, además de tener su línea de tenis para la marca Reef. Y sabe que si bien este año no fue el mejor, el próximo año la revancha será suya .

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