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Este año fue importante para el recuerdo de Carlos Gardel. Quien fuera una de las figuras más representativas del tango en Latinoamérica y rostro en numerosos filmes de la pantalla grande cumplió 125 años el 11 de diciembre.

La fecha ha servido, sin embargo, para reavivar la añeja discusión de su nacionalidad y sumar otra polémica pregunta. Si bien todavía no se ha esclarecido su lugar de nacimiento, Toulouse (Francia) y Tacuarembó (Uruguay) rivalizan por ese honor, el mito del máximo exponente del tango, Carlos Gardel, ha abierto en Uruguay un nuevo debate (ahora futbolístico) 80 años después de su muerte; ¿era hincha del Nacional o del Peñarol?

Los dimes y diretes que sustentan la discusión se iniciaron después de que el Peñarol manifestase que quiere poner una placa con una frase de Gardel en el nuevo estadio que está construyendo, lo que provocó que representantes de ambos conjuntos expongan diferentes argumentos para defender su postura.

Entre los distintos elementos con los que el Nacional pretende validar su teoría destaca una fotografía fechada el 1 de septiembre de 1928 en la que se ve a Gardel en el palco del Gran Parque Central (estadio del equipo) viendo un partido amistoso entre el club uruguayo y el Barcelona, explicó a Ignacio Pou, miembro de la Comisión de Historia y Estadística del Nacional.

“Cuando Gardel va a ver al Nacional contra el Barcelona, el día anterior había jugado el Peñarol contra el Barcelona. Si Gardel era del Peñarol, ¿por qué no fue a verlo el día anterior?”, se pregunta Pou, que defiende que los periodistas de la época no hubiesen pasado desapercibido ese detalle y le hubiesen fotografiado.

Para la fecha de esa foto, Gardel ya era Gardel, el apasionado por apostar en las carreras de caballos, el vendedor de millones de discos alrededor del mundo con cerca de 957 grabaciones diferentes, el de la voz inconfundible que se iba extendiendo a lo largo del territorio haciéndolo conocido en otras latitudes y que lo llevó incluso a ser actor de películas grabadas ya sea en Nueva York o París.

Aún y a raíz de su grandeza sigue la controversia por dos teorías sobre el lugar donde sus ojos vieron por primera vez la luz: una dice que ocurrió en Uruguay y la otra que fue en Francia, aunque se crió y vivió en Argentina, lugar donde se realizaron una mayor cifra de homenajes para remembrarlo y en donde exhibirán su primera guitarra forjada en los talleres de la Antigua Casa Núñez durante el siglo XX.

Este año se cumplieron también ocho décadas de su muerte, ocurrida cuando tenía 44 años, después de un accidente en Colombia, hecho que lo convirtió en un icono que no es fácil de olvidar. Con temas como “El día que me quieras”, “Volver” y “Por una cabeza” puso al tango en todo lo alto.

En 2003 su voz fue registrada por la Unesco en el programa de Memoria del Mundo y en cada nueva referencia hecha por algún colega se demuestra su vigencia, pues artistas como Luis Miguel, Andrés Calamaro o Il Divo, entre muchos otros, lo han grabado.

Quizá por ello se lo disputan ahora Nacional y Peñarol para tenerlo entre sus filas. De hecho, en el estadio del Nacional luce una estatua del artista ataviado de traje, corbata y sombrero fedora, el cual inspiró uno de sus tangos y que era denominado “gacho” en la jerga rioplatense de la época, que ilustra su paso por el estadio.

Además, Pou indica que existen documentos que certifican que Gardel cantó para la plantilla del Nacional el 26 de octubre de 1933 en el Hotel Biltmore de Santa Lucía, en el sur de Uruguay, después de una actuación en la cercana localidad de San José.

“Es la única ocasión que se tiene documentada de que Gardel le haya ido a cantar a un equipo de fútbol, además de cuando lo hizo para la selección uruguaya en el Mundial de 1930”, aseguró Ignacio Pou.

En tanto, uno de los puntos con los que el Peñarol basa su argumento de que Gardel era aficionado de los aurinegros es la biografía elaborada por Nelson Bayardo, Carlos Gardel. A la luz de la historia, en la que el autor asegura haber investigado la vida del artista durante más de 30 años, dijo uno de los directivos del club, Ignacio Ruglio.

En uno de los pasajes de esta obra, se alude a unos comentarios de un “íntimo” amigo de Gardel, Lorenzo Bicain, quien, según el autor, indica a la revista Noticias que Gardel era “hincha del Racing de Buenos Aires y del Peñarol de Montevideo” y dice que era un equipo “más del pueblo”.

“¿Cómo alguien puede, en 2015, desmentir al mejor amigo de Gardel?”, se pregunta Ruglio, historiador de formación, para enfatizar la validez de sus argumentos.

Otro documento histórico al que alude Ruglio es una crónica periodística del 8 de agosto de 1956 publicada por el ABC de España (página 32) en la que se habla de un partido celebrado 30 años antes en el Gran Parque Central y en el que se midieron el Español de Barcelona y el Peñarol.

En ese texto, el cronista deportivo habla de cómo “Carlitos Gardel” se “alzó trémulo” para celebrar el tanto del uruguayo José Piendibene, quien logró batir a Ricardo Zamora, uno de los mejores porteros de la historia de España y que da nombre al trofeo que se entrega guardameta menos goleado. Así que 80 años después de su muerte en un accidente de avión en Medellín, el mito de Gardel sigue alimentando disputas.

Con información de EFE

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