Río de Janeiro.— La cantante Katy Perry cerró el festival de música Rock in Río el domingo, con un espectáculo lleno de energía y una escenografía impecable, que incluyó todas sus canciones más famosas e hizo vibrar al público presente en la Ciudad del Rock.

Su canción “Roar”, incluida en su último álbum, Prism, supuso el comienzo de un show en el que Katy Perry fue ofreciendo uno tras otro todos sus grandes éxitos.

“Wide awake”, “Dark horse”, “E.T.” o “Kissed a girl” generaron el fervor de una audiencia que no podía disfrutar más de las canciones, cambios de vestuario, “del antiguo Egipto”, ni de una coreografía animada por numerosos bailarines.

A mitad del concierto, la artista regaló a los presentes unos minutos de intimidad, con canciones como “By the Grace Of God” y “Unconditionally”.

Pero Katy Perry, que había dejado claro desde el principio que había venido a Río para “protagonizar una gran fiesta”, pronto volvió a su espectacular puesta en escena con canciones como “This Is How We Do” y “Teenage Dream”.

El cierre, que sirvió de broche de oro tanto a su actuación como al Rock in Río llegó con la popular “Firework”, que encendió a una audiencia que se había pasado toda la noche coreando los estribillos de los temas de la estadounidense.

Los otros grandes protagonistas del día, los noruegos A-Ha, que al igual que el Rock in Río celebran este año su aniversario30, llegaron a la ciudad dentro de su gira Cast In Steel para tocar por segunda vez en el festival —la primera fue en 1991— y presentar así el correspondiente álbum homónimo, recién publicado.

La velada en el Palco Mundo la había abierto el veterano combo local Cidade Negra con su mezcla de reggae y música brasileñas.

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