La semana de la moda de Nueva York cerró su edición otoño/invierno 2016 con Ralph Lauren, que revivió el espíritu de Annie Hall, al tiempo que Calvin Klein jugó al negro y las falsas pieles y Marc Jacobs imaginó un mundo tan onírico como oscuro en el que desfiló Lady Gaga.

Aunque fue el último gran desfile de la semana, Marc Jacobs trasladó a los presentes a un mundo tan onírico como oscuro, un universo que recordaba al de Tim Burton donde las modelos lucieron grandes volúmenes y capas reales de la época medieval.

Entre ellas Lady Gaga, que no parece dispuesta a perderse una, lució un abrigo en el estilo "oversize" que dominó toda la colección, con grandes botones, gran lazo amarillo al cuello y mangas forradas de pieles.

Mientras tanto, el veterano diseñador estadounidense Ralph Lauren recibió una gran ovación con el público puesto en pie tras la presentación de su temporada otoño 2016 en la que revivió el espíritu de Diane Keaton en la película "Annie Hall".

Blazers, camisas y corbatas para la mujer, un look que recuerda a la protagonista de una de las películas más icónicas de otro neoyorquino, Woody Allen, que ya vistió de Ralph Lauren, por cierto, a Keaton en la película.

Colores camel y moccha en blazers, y jerseys de cashmere, gabardinas, pantalones de pata de elefante o faldas tubo, un look que solo puede complementarse con zapatos oxford.

Para la noche, Lauren apuesta por el negro con cuellos cascada y "ruffle" en vestidos sin mangas satinados y livianos con un ligero aire gótico.

Además, blazers en terciopelo azul y metalizados como prenda estrella de un look que gustará a los fieles del estilo de la firma durante los ochenta y noventa.

Muchos flashes obtuvieron también sus trajes de noche, monocolor, en terciopelo, faldas con ligera cola y en palabra de honor o atados al cuello.

Entre ellos, un traje de alta costura cuya textura emulaba una suerte de oro líquido.

Por su parte, Calvin Klein con la visión de su director creativo, el brasileño Francisco Costa, volvió a demostrar su predilección por el negro, protagonista indiscutible de sus vestidos de seda pegados al cuerpo con hebillas y tirantes, así como de sus masculinos trajes chaqueta.

Costa jugó igualmente con las falsas pieles, que utilizó en cuellos y mangas y que también se atrevió a imprimir en dos dimensiones en otros tejidos.

Llamó la atención su inclusión de amuletos como piedras de ámbar insertados en camisetas y vestidos, a modo de falso broche.

Calvin Klein pareció querer jugar a los trampantojos de la gastronomía en la moda. Nada es lo que parece.

Asimismo no faltaron los cuadros en blanco y negro en camisas, vestidos y abrigos de lana y cuero.

En la primera fila estaba la "it" girl Kendall Jenner, que protagoniza la última campaña de ropa interior de Calvin Klein, la línea más vendida de la marca, aunque no se muestre en la semana de la moda.

Llegan a su fin ocho días de desfiles, principalmente en Chelsea y Tribeca, sin patrocinadores, sin sedes únicas, y con gran presencia de las redes sociales como Periscope o Instagram.

Esta semana de la moda se han batido récords con más de 330 desfiles entre pasarelas oficiales y extraoficiales.

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