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Locación: interior, día, videoclub. Personajes: Ella y él, encerrados. Escenografía: estantes con cientos de cajas de DVD y Blu Ray.

Tiempo para rodar una historia de 71 minutos: todo eso precisamente en una sola toma corrida.

“¡Es un buen experimento!”, exclama emocionado Adal Ramones, minutos antes de realizar un ensayo general de su nueva película.

Titulado tentativamente Videoclub Amores, la aventura comienza cuando un hombre llega a a este lugar en busca de una película.

Ahí se topa con una chica (Mónica Huarte) con quien es encerrado por equivocación.

Juan Carlos Carrasco (Santos peregrinos) es el director y escritor del guión, el cual arrancó hace un año y aún, en plena preparación al rodaje, se sigue adaptando.

“Suena a locura”, expresa el cineasta, “pero cuando tiene muchos años con el mismo equipo, hay confianza”.

Videoclub Amores toma el título de la locación original, un videoclub al sur de la Ciudad de México.

Un millón de pesos es el presupuesto conseguido.

“Cuando Juan Carlos me contó la historia —recuerda Adal—, me dijo que quería hacerla con los menos cortes posibles, quizá tres, pensando si había errores, pero le piqué el orgullo y le dije, ¡hagámoslo en una sola!”

Así que Carrasco aceptó y comenzó a convencer a actores.

“No sé en qué estaba pensando cuando dije que sí”, bromeó Jorge Adrián Espíndola (Nesio), quien tiene una participación.

Anteriormente se han hecho en México otras películas en una sola toma como Preludio, con Ana Serradila y Tiempo real, de Fabrizio Prada; por ahora en posproducción está Forward, cinta de terror con Harold Torres.

Emergencia. La tarde del martes, poco antes de comenzar el ensayo y a metros del set, uno de los actores elegidos canceló por cuestiones laborales.

Carrasco no perdió la calma. Sacó su celular y marcó el número de su amigo, el experimentado Arturo Beristán (El atentado), quien radica a unas calles del lugar.

El actor tenía la tarde libre y llegó en unos minutos. Le explicaron qué debía hacer y, en unos instantes, ya estaba listo para entrar.

“No es mucho tiempo, pero si alguien se equivoca, hay que comenzar desde arriba (el inicio)”, recalca Carrasco, egresado del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos.

Aunque filmado en una sola toma, Videoclub Amores no estará terminada rápido, pues requiere de música compuesta especialmente para ella y algunos efectos.

Por ejemplo, las pantallas (de televisión vistas) deberán estar apagadas y recortadas, comenta Carrasco.

“Y hay efectos de cambiar a blanco y negro y color”, especifica el director.

Espera tener listo el largometraje para fin de año.

El filme es confeccionado por Tres Piedras Producciones con colaboración de Vía Producciones.

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