A pesar de que los programas gubernamentales para disminuir la pobreza tienen tres décadas de estarse implementando, no hay resultados contundentes. Por el contrario, el porcentaje de pobres ha aumentado al comparar el primer reporte, en 2008, contra el de 2016.

Con el objetivo de hacer diagnósticos de los programas sociales y de registrar los índices de pobreza, en 2005 se creó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social. En década y media de vida, el organismo consolidó una imagen de credibilidad y capacidad técnica.

Sus datos no son los que con seguridad ningún gobierno quisiera oír, pero no hacen más que registrar la realidad, por lo que no ha estado exento de presiones políticas.

A mediados del sexenio pasado, por ejemplo, se dio un debate por la metodología para medir la pobreza extrema. Las diferencias fueron zanjadas con la conformación de un grupo técnico en el que también participó la Comisión Económica para América Latina, y con el aplazamiento de la entrega de resultados de las tasas de pobreza.

En esta administración los recursos para el Coneval fueron recortados, al grado que alertó que su presupuesto solo le serviría para operar unas semanas más. Después de la advertencia, el titular del organismo fue removido, lo que dio lugar a suspicacias, que hoy ataja el nuevo secretario ejecutivo en entrevista con EL UNIVERSAL.

De inicio, garantiza que el Consejo mantendrá su autonomía respecto al gobierno federal y que en los indicadores de pobreza y de análisis de los programas sociales no habrá manipulación de cifras. Descarta también que la austeridad ponga en riesgo su operación.

A partir de este momento el Coneval tiene el reto de mantener certidumbre respecto a las mediciones sobre pobreza y de refrendar su independencia en la labor que realiza.

Actualmente, de acuerdo con datos oficiales, más de 50% de la población mexicana se encuentra en situación de pobreza o pobreza extrema. Especialistas han señalado que las cifras obedecen a que los apoyos otorgados son en realidad para generar clientelas políticas, no para desaparecer situaciones de atraso económico. También han criticado el número excesivo de programas y la duplicidad de algunos.

Es necesario recordar que el Coneval solo es una instancia evaluadora, que ofrece un retrato actual de las condiciones sociales en el país, así como estadísticas invaluables para conocer si las estrategias adoptadas están ofreciendo los resultados esperados. Que lo dejen realizar su labor, sin presiones, es lo mejor si en realidad se busca superar un problema de enormes proporciones como la pobreza.

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