La imagen de un país se construye en un largo periodo, pero puede derrumbarse en un instante. Un ejemplo claro, cercano y ampliamente discutido fue el que ocurrió en el anterior sexenio. Los primeros dos años los elogios llegaban de varias partes del mundo por las reformas alcanzadas, pero en los años que restaron a la administración pesaron más los casos de corrupción y de inseguridad que lo previamente logrado.

Desde hace 39 días México tiene un nuevo gobierno. Por primera vez un partido de izquierda ejerce el poder. Cuenta con un amplio respaldo popular para hacer las cosas de manera diferente, aunque en varios ámbitos —nacionales e internacionales— sus decisiones generen dudas.

Es muy pronto para saber si al transitar por la ruta planteada se llegará a los objetivos propuestos. En este proceso es clave para el país y para la administración en funciones definir una imagen, en especial para el exterior. De manera interna la mayoría de la población está familiarizada con el accionar del presidente y de su equipo, pero fuera de las fronteras la información pudiera no ser tan precisa.

¿Cómo construir una imagen para el exterior? Se pueden erogar millones de dólares con ese fin, pero en épocas de austeridad republicana son dos las principales herramientas de las que puede echarse mano.

Una de ellas son las acciones y la congruencia. Si en el discurso, se menciona el impulso a la disciplina fiscal, en los hechos el gasto deberá ser ejercido con eficiencia y sin incurrir en contratación de deuda.

También será de gran utilidad el Servicio Exterior Mexicano. El país cuenta con 80 embajadas y 67 consulados alrededor del mundo. Entre sus acciones principales están defender los intereses de México en el extranjero y velar por el prestigio del país en el exterior. Pocos como ellos para difundir una imagen correcta.

Ayer, en la 30 reunión anual con embajadores y cónsules, el secretario de Relaciones Exteriores definió lo que será central en la política exterior: la defensa de los derechos humanos y de los valores democráticos, así como la no intervención y promover la resolución pacífica de los conflictos.

Ante el mundo, es necesario comenzar a dibujar el rostro de México. Este lunes, por ejemplo, la consultora Eurasia Group colocó a México en su lista de 10 riesgos geopolíticos para 2019.

El gobierno tiene ante sí el reto de construir su identidad más allá de las fronteras. En el discurso podrán expresar un país ideal, aunque lo realmente importante será que las palabras siempre vayan respaldadas por acciones.

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