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El 2017 será un año de transición para la doble medallista olímpica Paola Espinosa.

Tras quedarse muy cerca de su tercera presea en una justa veraniega, la clavadista quiere tener un año tranquilo, enfocarse en encontrar a su nuevo entrenador y adaptarse a una nueva especialidad: el trampolín de tres metros.

“Los cambios que hice son necesarios y no tuvieron nada que ver con el cuarto sitio que logré en Río. Simplemente hay ciclos en la vida que se tienen que cerrar, creo que lo hice de la manera más sana y en el tiempo que debía”, comentó la oriunda de Baja California.

Con las preseas de bronce y plata obtenidas en Beijing 2008 y Londres 2012, respectivamente, Espinosa no tiene nada que demostrar. Es por ello que en 2017 continuará sin prisas con su rehabilitación.

“No estoy segura de cuánto tiempo me llevará estar al cien por ciento. En cuanto inicie el año voy a valorar cuándo puedo empezar a entrenar en forma y competir. Estoy consciente de que debo hacer muchos cambios porque ahora competiré en trampolín de tres metros”.

La experiencia será una de las ventajas para la medallista en el
ciclo que inicia con los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla en 2018.

“El talento que Dios me dio está a mi favor, así como la experiencia, algo que te dan los años, pero que si no lo aprendiste no te sirve de nada. Creo que el camino que he recorrido lo aprendí muy bien y eso es lo que me ayudó a salir adelante en
los Olímpicos”.

Aunque no subió al podio en tierras brasileñas, la temporada 2016 fue de aprendizaje para la seleccionada nacional.

“Estoy contenta y orgullosa de mí. Estuve a nada de estar dentro de las medallas y con eso me demostré que estoy entre las mejores del mundo y puedo conseguir cualquier cosa que me proponga”.

Después de un año en el que las rencillas entre los principales dirigentes deportivos del país ocupa-
ron los titulares en los medios de
comunicación, Paola les sugiere definir prioridades.

“Les pediría que si se quieren pelear, lo hagan, simplemente que no afecten el trabajo de nosotros y nos tengan respeto. Ellos son quienes tienen la decisión de destinar los recursos para que nosotros podamos representar al país”.

La clavadista de 30 años de edad cierra 2016 plena, tanto en lo deportivo como en lo personal.

“En el plano familiar me siento increíblemente feliz, porque tengo una familia maravillosa y una sobrina traviesa que adoro. Como mujer me llevo muchos aprendizajes que me van a servir para toda mi vida. Las fiestas de fin de año me gusta pasarlas en Baja California porque mi mamá siempre adorna muy bonito la casa, además de que todavía me traen regalos. Nos gusta recordar en estas fechas a mi padre y todas las cosas que hacíamos con él”, finalizó Espinosa.

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