Quito.— El balón rodó lentamente hacia el fondo de las redes. Al mismo tiempo, a los Diablos Rojos los invadía el júbilo de llegar a siete puntos y comenzar a enfilarse hacia los octavos de final de la Copa Libertadores.

Ese esférico rematado por Fernando Uribe (85’) representó tres puntos vitales para el Toluca de José Cardozo. La escuadra mexiquense ha encontrado la alegría que en la Liga MX le ha faltado.

Era el 2-1 que puso justicia en el marcador. Los Choriceros habían sido mejores que la Liga Deportiva Universitaria de Quito, que había igualado la anotación de Carlos Gerardo Rodríguez.

El 1-1 parecía un marcador agradable para los Diablos. Pero en un pase largo y filtrado, Uribe encontró la manera de hacerlo trascender.

Chocó al defensa del equipo ecuatoriano, lo sacó legalmente de la jugada y definió de manera suave.

Jugada que resultó fundamental para que el Toluca comience a sonreír en el “Grupo de la Muerte”. Le falta recibir a la propia Liga Deportiva y al San Lorenzo para cerrar en la visita ante Gremio. Cardozo respira, aunque se habla que lo relevará José Manuel de la Torre en el timón rojo.

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