A quien simplemente no le ha venido bien el cambio de Tijuana al Distrito Federal, es a Javier Güémez. El joven contención no está cómodo en la capital, ya que desde que llegó se ha visto apartado del resto de sus compañeros, es poco participativo en las reuniones y, lo peor, en la cancha su actitud se ha tornado más violenta, lo que lo ha alejado de la titularidad en las Águilas y de los llamados de Selección Nacional. Y para muestra, un botón: en el entrenamiento de ayer en Coapa, Güémez sintió que el joven Adrián Marín le estaba faltando al respeto y, sin más, de las miradas pasaron a los empujones y el técnico Ignacio Ambriz tuvo que intervenir para separar a los “gallitos” de pelea que, extrañamente, jugaban en el mismo equipo en el interescuadras. Ya cálmenlo.

Preparan ‘Mole Tour’ 2016

La Selección Nacional Mexicana terminó el año con un gran triunfo en la eliminatoria rumbo al Mundial de Rusia 2018, pero apenas sonó el silbatazo final en el estadio Olímpico de San Pedro Sula, comenzó a planearse el “Mole Tour 2016” (espérelo pronto en su ciudad estadounidense favorita).

Todo hace indicar que los juegos “amistosos” bajo la batuta de Juan Carlos Osorio —tan criticados porque que traen mucho dinero a las arcas de la FMF y poco futbol— comenzarán en febrero en Orlando, Florida, sede que debutó con gran afluencia en este 2015, cuando el Tri fue a jugar contra Costa Rica en partido de preparación rumbo a la Copa de Oro. Sí, el colombiano volverá al país en donde alguna vez fue “mojado”.

Se pelean por Scocco

El argentino Ignacio Scocco dejó una muy buena imagen en el futbol mexicano, cuando jugó de 2006 a 2008 con los Pumas de la Universidad. El volante por amor a la camiseta del Newel’s Old Boys, regresó a su país, pero parece que quiere retornar a tierras tricolores.

Pumas se ha fijado la meta de traer de vuelta a Scocco, quien durante su estancia en la UNAM anotó 23 goles, pero alguien se interpone en esto, nada menos que Cruz Azul, que se dice lleva años tratando de convencer al argentino de firmar por sus colores. Parece que la decisión final está en Nacho. ¿Qué pesará más? ¿El amor por los colores universitarios o el amor por los millones que ofrecerá La Máquina?

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