Cuatro derrotas en seis partidos. Cuatro puntos de 18 disputados. El descenso peligrosamente cerca. Las luces de alarma se han encendido en el Rebaño Sagrado después de la derrota de este sábado en casa del León, por 1-0, a causa de un grave error del arquero Antonio Rodríguez. Chivas huele a crisis.

Con la presión del descenso encima, el Guadalajara llega a la cancha del Estadio Nou Camp con la obligación de sumar a como dé lugar. En los primeros minutos, propone un futbol digno, considerando que en el campo se enfrenta el penúltimo de la clasificación al actual líder de la competencia.

David Ramírez, cargado al costado izquierdo, destaca como el hombre más peligroso del Rebaño Sagrado. El “Avión” recibe y conduce a toda velocidad. Se quita un par de rivales de encima y manda un disparo, desde afuera del área, que exige el lance de Christian Martínez para rechazar el esférico, al ‘6.

Enseguida, el capitán Omar Bravo, máximo goleador en la historia de Chivas, le devuelve atinadamente una pared al “Avión” Ramírez. El joven rojiblanco tiene dificultad para controlar adecuadamente, cuando entra al área y su remate resulta descompuesto. Todo queda en un susto, al ’24.

El cuadro local se sacude, por fin, la pasividad del arranque. Mauro Boselli controla en la orilla del área. Hace un recorte hacia afuera. Saca un zurdazo que pasa a centímetros del poste, al ’25. Primer aviso. Después, Elías Hernández conecta un derechazo desde afuera del área que alcanza a rosar el travesaño y se va del campo, al ’31. Segundo aviso.

A la tercera oportunidad, León no perdona. El tiro de esquina viaja desde el costado derecho. Antonio Rodríguez duda al salir. Se queda atorado a medio camino. Grave error del portero rojiblanco. Oswaldo Alanís también se equivoca en la marca. Ignacio González le gana el salto al zaguero visitante y conecta de cabeza. La redonda, al fondo. Gol de los Panzas Verdes, al ’41.

En la segunda parte, el Guadalajara está obligado a ir al frente en busca del resultado. Los Panzas Verdes, en cambio, optan por una postura inteligente, en la que cede la iniciativa para esperar los espacios largos que el adversario cede por necesidad. Los locales quieren finiquitar el duelo en un contragolpe.

Chivas ofende con más ganas que idea. Hedgardo Marín conecta de cabeza un tiro de esquina, pero el remate es desviado, al ’49. Tres minutos después, por fin una clara para los visitantes: desde el costado derecho, Carlos Fierro pone prácticamente un servicio de gol, pero el testarazo de Omar Bravo carece de fuerza y dirección, por lo que termina en las manos del arquero.

La insistencia está ahí, sobre el césped. Poco produce, pero está ahí. El tiro libre se cobra pasado. A segundo poste, Hedgardo Marín gana nuevamente por arriba, pero una vez más el cabezazo se va por un costado, al ’61. Y enseguida, en la primera pelota que toca tras ingresar de cambio, Isaac Brizuela controla dentro del área, pero el zurdazo resulta demasiado cruzado por culpa de un desvío defensivo, al ’71.

La generación del cuadro rojiblanco es escasa. Dramáticamente pobre. Al ’80, Marco Fabián intenta cambiar esa historia con una pelota profunda para Jorge Enríquez, pero el remate del “Chatón” es descompuesto y sin peligro alguno para Christian Martínez, quien solo contempla la redonda escaparse del terreno de juego.

El Rebaño Sagrado no tiene capacidad de reacción. Su ataque es “chato” y León simplemente deja escurrir los últimos minutos. Tras el silbatazo final, los Panzas Verdes se consolidad en la cima de la clasificación general, con 15 puntos. Y Chivas, en cambio, huele a crisis.

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