Deshaun Watson ofreció otra actuación estelar con un touchdown terrestre y otro aéreo y totalizando 332 yardas para guiar al invicto Clemson el jueves a una victoria de 37-17 sobre Oklahoma en el Orange Bowl, la primera de las semifinales del fútbol americano universitario.

Clemson (14-0) dominó la segunda mitad y frenó a la prolífica ofensiva de Oklahoma, que promedió 52 puntos en sus siete juegos previos. Los Sooners (11-2) de hecho llegaron al encuentro como los favoritos, pero los Tigers demostraron que su marca perfecta no fue obra de la casualidad.

Hasta esta temporada, los Tigers eran conocidos por decepciones tan inexplicables que generaron un término —Clemsoning.

Con un triunfo más, serán conocidos como algo más: campeones nacionales.

Watson tuvo un flojo arranque por aire, pero se recuperó para completar 16 de 31 pases para 187 yardas, entre ellos un lance para touchdown de 35 yardas a Hunter Renfrow que dio a Clemson cierto respiro cerca del final del tercer cuarto. El finalista de las votaciones al Trofeo Heisman también sumó 145 yardas en 24 acarreos, anotando el primer touchdown de los Tigers en una corrida de cinco yardas.

El partido fue de ida y vuelta durante toda la primera mitad, con los Sooners tomando la delantera en una impresionante primera serie ofensiva que culminó con una anotación de Samaje Perine de una yarda. Oklahoma se fue al vestuario con una ventaja de 17-16 luego que Mark Andrews atrapó un pase de 11 yardas para touchdown de Baker Mayfield a 1:34 minutos del medio tiempo, y la defensiva de los Sooners se apoderó del balón en la zona de anotación en un mal pase de Watson en triple cobertura.

Clemson, que busca convertirse en el primer equipo en la historia de la Subdivisión de Tazones (FBS) en terminar con foja de 15-0, espera rival para el partido del 11 de enero por el campeonato nacional —donde se medirá al ganador del duelo entre Alabama y Michigan State.

hgm

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