Arqueólogos y voluntarios mexicanos han ayudado a develar los secretos de Magdala, un poblado de más de dos mil años de antigüedad por donde pasó Jesús y del cual era originaria María Magdalena, personaje de los evangelios.

Más de mil 300 jóvenes han contribuido en las excavaciones que se realizan desde 2009 en un predio de ocho hectáreas, ubicado al noroeste del Lago de Tiberiades, en Galilea, la zona donde transcurrió buena parte de la vida pública de Jesús.

Dirigidos por la arqueóloga Marcela Zapata y con el apoyo de la doctora Linda Manzanilla, los integrantes de la expedición (que van cambiando cada año), han ido sacando a la luz antiguas construcciones, entre las cuales destaca una de las siete sinagogas más antiguas jamás descubiertas.

“Son unas ruinas muy especiales, por eso lo que hemos encontrado es de gran relevancia para conocer cómo era la vida de esa zona en tiempos de Jesús”, explicó en entrevista el sacerdote Juan Solana, director del centro Magdala.

En torno al lago, conocido también como Mar de Galilea, se ubican lugares mencionados en la Biblia como Cafarnaún, el monte de las bienaventuranzas o el valle donde Jesús cumplió el milagro de la multiplicación de los panes y los peces.

Además, María Magdalena fue una persona muy cercana a Jesucristo, porque aparece 12 veces mencionada en los evangelios y ella era originaria de esa población. “Seguramente Jesús la conoció en Magdala”, estimó Solana.

En un inicio el terreno iba a ser destinado para la construcción de un centro de peregrinos, pero rápidamente se convirtió en un desafío histórico: buscar bajo la tierra los vestigios de “un lugar santo del evangelio”.

Así, desde 2010 y por tres años, un grupo de arqueólogos ayudado por 700 voluntarios excavaron sin cesar para identificar lo que se había preservado bajo la superficie.

No solo se incluyó a estudiantes de las carreras de Restauración y Arqueología de la Universidad Anáhuac del Sur, en la Ciudad de México, sino también alumnos de otras carreras.

Tras esos primeros años de excavación ininterrumpida se modificó la modalidad de trabajo. En la actualidad las expediciones se extienden solo en el verano, en junio y julio, con capacidad de recibir en la zona a 50 voluntarios de manera simultánea.

Hasta el momento se han excavado unos cinco mil metros en diversas zonas del terreno, con el objetivo de entender el contexto del antiguo pueblo.

“Hemos encontrado el mercado de Magdala, la sinagoga, una villa de uso público donde había baños rituales, una parte del puerto antiguo, una zona donde se salaba el pescado y un área de casas, todas del siglo I después de Cristo (d.C.)”, precisó Solana.

En 2015, la expedición pudo excavar unos 360 metros cuadrados, con una profundidad que varía entre 60 centímetros y cuatro metros en la parte más profunda. Se involucraron además estudiantes del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México, de la Universidad de Vitoria de España y de otras nacionalidades.

Se descubrió un baño ritual, el cuarto hallado en Magdala, además de unas 300 monedas judías, casi todas del siglo I d.C., vasijas, cristal y algunos objetos de metal.

Pero el hallazgo más importante hasta ahora sigue siendo la sinagoga, una de las más ricas y mejor conservadas en la actualidad. Eso ha atraído a diversos estudiosos y aportado valiosa información sobre las costumbre religiosas del pueblo judío.

“El evangelio dice como 20 veces que Jesús recorría Galilea enseñando en las sinagogas, y ahí en nuestro terreno encontramos lo que es en este momento la única sinagoga del siglo I que se ha encontrado en Galilea. Aunque no lo menciona expresamente el evangelio, con mucha tranquilidad podemos pensar que Jesús fue a esa sinagoga”, insistió el sacerdote.

“Allí se encontró el altar de la sinagoga, una pieza de piedra esculpida por todos los lados y se trata del artefacto más importante encontrado en Israel. Es como una maqueta, un modelo del templo de Jerusalén y es anterior a la destrucción del mismo. Ha aportado una riqueza muy grande”, subrayó.

Las decenas de objetos descubiertos en las excavaciones, que incluyen algunas piezas ya restauradas de cerámicas, darán vida a un museo que se tiene proyectado construir en el lugar.

En 2014, el centro Magdala construyó una iglesia y ya está acondicionado, puede recibir a turistas y peregrinos. En su primer año de operación abierta recibió más de 100 mil visitantes.

rqm

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