Los restos óseos descubiertos en el complejo megalítico de Stonehenge revelan un "sorprendente grado de igualdad de género", ya que poco más de la mitad de los huesos enterrados en el sitio pertenecían a mujeres.

El hallazgo apoya la teoría de que Stonehenge funcionó, al menos en parte de su larga historia, como un cementerio de cremación para líderes y otras personas notables, pero muestra que las mujeres eran miembros de la élite, sostienen arqueólogos británicos.

Desde el año 2008, los investigadores han estudiado los restos incinerados de 200 adultos enterrados en el emblemático monumento en Wiltshire, en el sur de Inglaterra, y aunque ha sido una tarea complicada, presentaron sus primeras conclusiones.

Los arqueólogos afirman que los entierros muestran un "sorprendente grado de igualdad de género", lo que contradice la creencia generalizada de que el hombre prehistórico era el responsable del sitio "con apenas una mujer a la vista".

Es probable que las personas de mayor estatus fuesen sepultadas en Stonehenge y el hallazgo de huesos femeninos muestra que las mujeres eran miembros de la élite ya en el año 2000 antes de Cristo (a.C), destacan en un artículo publicado en la revista británica Arqueology.

Ello contrasta con la evidencia de importantes tumbas neolíticas descubiertas también en el sur de Reino Unido, en las cuales la proporción de hombres es más alta que de mujeres.

Christie Willis, del Colegio Universitario de Londres y experta en restos humanos, ordenó unos 45 kilogramos de fragmentos de huesos para identificar a qué parte del esqueleto correspondía cada uno de ellos y, a partir de eso, establecer la edad y el sexo.

Finalmente Willis y su equipo identificaron 14 mujeres y nueve hombres, alguno de ellos niños.

Los restos óseos se encontraron originalmente en una serie de pozos de tiza llamados Aubrey Holes, ubicados en el borde del sitio, los cuales fueron excavados en la década de 1920 por el arqueólogo William Hawley, quien los volvió a enterrar bajo custodia.

"Estos fueron desenterrados y enterrados de nuevo en los pozos con la esperanza de que algún día habría un gran avance que permitiera que fuesen analizados", sostiene Willis.

Sin embargo, debido a esto los fragmentos se mezclaron y por ello el trabajo de identificación ha tardado tanto, añade.

Los restos se enviaron a las Universidades de Oxford y Glasgow donde se determinará su antigüedad con radiocarbono, mientras que en la Universidad de Teeside intentarán determinar la temperatura utilizada para su cremación y por cuánto tiempo han estado allí.

sc

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