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Guadalajara. —Daniel Cosío Villegas, Arnaldo Orfila, Joaquín Díez-Canedo, José Luis Martínez, Jaime García Terrés, Antonio López Lamadrid, Beatriz de Moura y por supuesto Octavio Paz fueron recordados y tributados por el historiador Enrique Krauze al recibir el Premio al Mérito Editorial, que ayer le concedió por unanimidad la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Dijo deberles a ellos lo que sabe y lo que ha hecho.

“He querido hacer el recuento y el homenaje a mis maestros y a mis editores, su legado ha resistido el paso del tiempo, aun sin ellos, sus editoriales, sus libros, sus revistas, los han sobrevivido. Las pequeñas empresas editoriales que dirijo no se comparan con las suyas, ¿me sobrevivirán? No lo sé. Puse mucho empeño en llevar la historia a un público amplio a través de las historias y biografías de Clío y a los documentales”, señaló el intelectual.

Ante un nutrido grupo de lectores y amigos que se dieron cita anoche, entre ellos el escritor rumano Norman Manea, Enrique Krauze recibió un homenaje por este galardón y lo acompañaron amigos editores: Beatriz de Moura, Claudio López Lamadrid, Cristóbal Pera y Ricardo Cayuela. Ellos celebraron su misión como editor, empresario cultural y divulgador de la historia de México a través de Clío y la revista Letras Libres, y por una vocación de editor de imágenes y palabras.

“Un empresario cultural no es más que un catalizador de esfuerzos. El mérito editorial de Clío y Letras Libres, lo digo con sinceridad, sin formulismo, es de las personas que han trabajado en ellas, han sido centenares, desempeñaron su labor, dejaron huella, muchos con el tiempo se han independizado para integrarse a otras empresas o formar las suyas”, señaló Krauze.

Agradeció al secreto empresario y consejero de todo lo que ha hecho: “El grandísimo escritor Gabriel Zaid”, a Ricardo Cayuela “que merece este premio junto conmigo” y a Fernando García Ramírez y a Leonor Ortiz Monasterio. Recordó la imprenta de su padre donde pasó las vacaciones de infancia y adolescencia, citó la frase “La imprenta al servicio de la cultura”, que destaca en el mural de Fanny Ravel que mandó a hacer su padre y que ocupa las escalares de su empresa editorial.

“En fin, aquel mural que acompañó mi infancia preside ahora la escalera de Clío y Letras Libres, lo miro y lo toco cada mañana, me gustaría ser digno de la frase que vocea aquel niño ‘La imprenta al servicio de la cultura’. El tiempo dirá”, concluyó.

En su intervención, Beatriz de Moura recordó su amistad fincada en la edición y en la inteligencia de ese historiador y “pensador pausado, incisivo, exigente” que es Enrique Krauze, del que dijo que “a pesar de siempre apuntar a la ecuanimidad, no obstante consigue ponderar y reflexionar acerca de un presente que parece precipitarse sobre nuestro mundo bastante aturdido en este principio de siglo”.

Claudio López Lamadrid, Cristóbal Pera y Ricardo Cayuela celebraron su inteligencia, su compromiso con la divulgación de la cultura y de la historia de México, celebraron su amistad y su gran visión y amor por México.

Cayuela dijo que la labor de Enrique Krauze como editor está dividida en dos esferas, por una parte está el trabajo en Clío, que es un trabajo de divulgación de la historia mexicana, un trabajo indispensable para dar a conocer al público más amplio posible otra visión de la historia de México y desacralizar el panteón de los héroes nacionales; y por otra parte para dar a conocer a los constructores de México.

Celebró también su labor como intelectual exigente y formado a través de sus grandes maestros, como Daniel Cosío Villegas, Luis González y González y Octavio Paz.

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