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Dice Federico Kampf que el artista nace, que no se hace. Que, aunque se formó como abogado y filósofo, sus inclinaciones para pintar se impusieron. Eso lo ha llevado a hacer pinturas, murales y esculturas, de las cuales tiene en su estudio diversos ejemplos. Están los dibujos para dos murales que proyecta en Italia y en Ibiza; del primero ha avanzado 30% y del segundo tiene una serie de bocetos. Del mural le interesa la posibilidad de “alterar un espacio y dominarlo a partir de la arquitectura y por medio de la pintura”, al tiempo que recuperar las técnicas como el fresco y el encausto que los pintores han dejado en el pasado. Afirma con convencimiento: “Venimos de una escuela de muralismo, pero hay que renovarse”.

Relata que siempre quiso ser pintor, que desde pequeño, cuando se desgajaba la pared, pintaba con el yeso resultante; que tenía dotes paras dibujar y que ganaba premios de dibujo.

Federico Kampf era penalista y un día tomó la decisión de dedicarse a la pintura; llevó clases con el pintor Jaime Grifaldo y descubrió así “el mundo de poder enlazar las ideas con el lienzo y de crear nuevas realidades”.

“En diciembre, hace ocho años, decidí dedicarme de lleno a la pintura. Hablé con mi maestro para ir a diario. Mi intención era desarrollar la mayor cantidad de obras”, dice Kampf y resalta que aprendió en taller, “como aprendían los artistas del Renacimiento, Leonardo Da Vinci y todos ellos”. Afirma que su proceso de aprendizaje fue a partir de copiar a los clásicos: Rembrandt, Caravaggio, y de ahí “empezar a desarrollar obra propia. Pinté sin descanso tres años, 15, 20 horas al día”.

Tiene más de 100 obras de caballete, esculturas y murales. Tres años después de ir con su maestro, Kampf sintió la necesidad de independizarse. “Antes de tener taller empecé a pintar en casa, son cinco años”.

“Comencé con pintura de caballete, pero siempre en un formato grande. ‘Tú vas para muralista’, me decían, porque necesito expandirme”.

Uno de sus intereses al hacer murales está en la arquitectura. “Me interesa mucho el mural por la expresión y la construcción, el mural es mitad arquitectura y mitad pintura. Se tiene que alterar un espacio y dominarlo a partir de la arquitectura y por medio de la pintura; tienes que pensar en formas, en la famosa poliforma que utilizaban Siqueiros y Orozco a la perfección. Me gustó siempre la experiencia del mural, veía los murales de Diego Rivera o la Capilla Sixtina, que es una locura. El arte, pienso, es entrar a otras realidades, y el mural te da eso por completo, te trasladas a otra dimensión”.

Kampf se dedicó al mural cuatro años después de hacer pintura de caballete. Estudió técnicas y materiales en la Academia de San Carlos . “No es igual el caballete al mural, es otra expresión, la finalidad, el detallado, el acercamiento del espectador es diferente en el detalle de los cuerpos”.

Ha pintado murales en la Academia de Bellas Artes en Cuba, la pieza se llama Fecundidad de las Academias de América Latina y tiene por tema el oficio artístico; después hizo El Coloso FSTSE, en la sede sindical en avenida de la República en la Ciudad de México; en el estado de México, en Tepotzotlán, en una capilla que es un hotel, hizo Adversum, Diversum, Universum, que, según cuenta, es “una crítica a la religión, a la ética. No creo en la realidad, creamos realidad. Esto es un estudio profundo de mi quehacer como filósofo, la filosofía para mi obra es la materia prima, cada cuadro tiene una tesis definidísima. No fuerzo los temas. Los temas van saliendo onírica e irrealmente”. Los siguientes murales fueron en una hacienda en Nopala, Hidalgo. Ahora trabaja en dos que estarán en Italia e Ibiza, España.

—¿Cómo lo invitan a hacer los murales en Italia e Ibiza?

—En Roma estuve mucho tiempo el año pasado, participé en una colectiva en el teatro Quirinale, con pintores italianos, guatemaltecos, brasileños. Conté que soy muralista y me presentaron a un posible cliente que buscaba alguien como yo, para el Museo Polmone Pulsante, un centro de filosofía, que da conferencias filosóficas, esotéricas. El mural estará junto al mercado de Trujano, en un muro de más de 2 mil años, pero irá en una estructura de madera para proteger el muro. Conozco ahí la obra de Saverio Ungheri, fundador del centro hace 50 años, que postulaba lo mismo que yo: La realidad no existe, somos pura energía cósmica, sólo existe conciencia y tiempo.

Dice que Andrea Ungheri, hijo del artista, es quien encarga el proyecto. El mural se va a llamar Conciencia, tiempo, energía. “Es una crítica a la alineación, se comenzó en noviembre y debo terminar este año; voy a viajar en junio para avanzar en la obra que va en 30%, estamos en las estructuras. Es un museo dentro del foro romano; tiene 60 metros cuadrados entre el muro y la cupula, haré un sincretismo entre lo romano y lo mexicano”.

Kampf cuenta que mientras que el mural de Roma será en fresco, el de Ibiza será en encausto: “En Ibiza es para un espacio público. Estará en la entrada del recinto, y es de la historia de Ibiza y la fiesta, como una actitud ante la vida. Lo solicitó el Consell de Ibiza; quieren una nueva vista a Ibiza más cultural. Hago aquí una inversión entre el tema de deidades y de humanos, para narrar el lugar, promocionar su moda, la parte central será esta lucha entre la Ibiza tradicional y la moderna. Se va a llamar Fiesta, son 66 metros, en un solo muro, y va a ser encausto”.

El artista dice que para sus trabajos lo que retoma del muralismo mexicano son las técnicas, lo milenario. “El muralismo mexicano fue en parte retomar los materiales que usaban los teotihuacanos o los de Monte Albán, que era el fresco. El primer mural de Rivera fue en encausto; me gustan esos materiales de la piedra, les da un toque de unión con la naturaleza, el acrílico es diferente, es una cosa química. Ni Italia ni México hacen hoy técnicas de encausto y fresco... Yo lo que tomo, son los materiales y parte del discurso estético. Las dos escuelas de mural son la italiana del Renacimiento y la mexicana, que son etapas cumbres de la Historia del arte. Creo que yo tengo más del italiano, el detalle de los cuerpos lo veo más cercano al muralismo italiano renacentista. Retomo del muralismo mexicano la pureza de estilo en cuestión de materiales, me diferencio en el discurso, no me interesa lo político, para nada, no soy socialista, nada qué ver, tampoco capitalista. No me interesan esos temas, yo soy metafísico. Mi tema es el ser, la contradicción del ser , la mujer, la religión, Dios, el esoterismo”.

Kampf se considera ortodoxo, cree en lo clásico, en el dibujo como principio de sus obras. “Los artistas están dejando de dibujar, en las academias están dejando de hacerlo; he tenido ayudantes que no saben dibujar. El artista nace, sólo el oficio lo tienes que pulir. Toda la obra de arte es el contexto económico, político, social, filosófico e histórico de un artista”.

El pintor diseña ahora una serie llamada Ornamenti, con objetos utilitarios, algunos cromados, y proyecta maquetas que combinarían murales con espacios deportivos.

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