Madrid. —Reflexionar sobre el arte que encierra el propio arte, indagar en sus límites y mirar la pintura como si fuera un espejo para identificar al artista es el objetivo de Metapintura. Un viaje a la idea del arte, la ambiciosa exposición que inaugura este martes el Museo del Prado, su ensayo visual sobre la pintura.

La exposición, con la curaduría de Javier Portús, reúne 137 obras de autores como Tiziano, Velázquez, Rubens, Zurbarán, Murillo o Goya y dibujos, estampas, libros, medallones, piezas de arte decorativas y esculturas fechadas entre principios del XVI y finales del XIX.

De ellas, 115 son de la colección del Prado y 22 fueron prestadas por 18 museos y coleccionistas.

“Es una exposición sobre los límites del arte, introspectiva desde un punto de vista individual del artista y también del colectivo. Es un espejo en el que el propio museo se está mirando. Un ejercicio de reflexión con los maestros del Prado”, subrayó.

Metapintura inicia con relatos mitológicos y religiosos de los orígenes de la actividad artística en los albores de la Edad Moderna y finaliza en 1819, año de creación del Museo del Prado.

El viaje artístico se divide en 15 etapas, la primera es “Los orígenes de la religión”. Durante la Edad Moderna proliferaban los relatos y las imágenes que probaban que la pintura y el arte eran actividades queridas por la divinidad que las utilizó para dejar memoria y testimonio. En esta etapa está presente el Cristo crucificado (1650), de Zurbarán.

Le sigue el apartado “Mitología”, que incluye la mitología y la historia grecorromana y el origen de las artes. Continúa “El Quijote y las Meninas”, “El poder de las imágenes” y “La pintura como signo” son otros apartados de la muestra, que sigue su recorrido con “Los límites del cuadro”.

“Historia y tradición: Tiziano” incluye obras que rinden tributo al gran al artista veneciano.

Otro núcleo es “Arte infinito” presidido por Las hilanderas, de Velázquez. “El rostro del arte”, “Los lugares del arte”, “La historia del arte”, “Mitos modernos: el amor, la muerte, la fama” o “Hacia un nuevo artista afectivo y subjetividad” son otros de los apartados de la muestra, que tiene a Goya como otro protagonista. “Goya y la crisis de la imagen religiosa”, por un lado y “El final del viaje” giran en torno al aragonés.

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