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Carlos Génova es considerado como uno de los jóvenes exponentes de la pintura en Yucatán y se define como un artista curioso, que le gusta experimentar con materiales y jugar con los trazos sobre el óleo.

Nacido en la Ciudad de México y ahora residente de Mérida, este joven artista expone actualmente una selección de 25 cuadros en el Senado de la República.

Bajo el título de Arte vivo, la muestra ofrece un recorrido por un mundo onírico, inspirado en las milenarias culturas asiáticas, la de los pueblos aborígenes australianos y, sobre todo, en las leyendas y fábulas mexicanas.

“Hay un amalgamiento de culturas en todas las obras. Están presentes no sólo la cultura mexicana, sino también otras que me llaman la atención, como la japonesa; los aborígenes australianos tienen también una magia que he ido aplicando en mis obras”, comenta en entrevista.

En su discurso artístico también hay referencias a la cultura maya, la cual conoció de cerca a los 13 años, cuando llegó a vivir a Mérida. “Sí me ha influenciado mucho porque desde chico te empiezan a inculcar la cultura maya, te cuentan leyendas sobre los mayas, sobre las deidades mayas. Es un sitio con mucha riqueza, que sigue conservando un dialecto que aún se habla”.

Cuadros pintados al óleo sobre arena, acrílicos, collages , hasta fotografías intervenidas son las técnicas utilizadas por este artista que reconoce la influencia del arte oaxaqueño, pero que también le gusta ensayar con diversos componentes. “No pierdo la oportunidad de seguir experimentado con materiales. Por ejemplo, hay cuadros que se están haciendo con una resina que permite combinar los colores, pero sin que se pierda el mismo color”.

Uno de esos experimentos es el cuadro titulado Viaje sublime, que se exhibe en esta muestra. Realizado con la técnica de encausto, la pieza que reproduce misteriosas figuras mitológicas fue hecho con cera de abeja y resinas sobre madera. “Es una técnica que me gusta y con la que ya he trabajado”, expresa el artista, quien relata que para esta obra dedicó unos cinco meses. “La había planeado desde hacía mucho tiempo y se fue elaborando poco a poco”, cuenta.

Carlos Génova estudió la carrera de Ingeniería Industrial, pero su interés por la pintura y el dibujo nació desde que era niño. “He dibujado desde que era chico y mi interés nació desde el momento en que entré a los museos. Me fui a vivir a Londres a los 17 años y mi acercamiento al arte fue ahí, vi obras de grandes maestros y comprendí la belleza de trabajar con estos materiales, empecé a experimentar con el óleo y caí perdidamente enamorado del material”, relata. A la par de su formación como ingeniero, siempre dedicó espacio para estudiar historia del arte y practicar el dibujo y la pintura. “Estudié de manera autodidacta, tuve muchos maestros de pintura y sigo en clases”, admite el artista, quien reconoce al artista oaxaqueño Abel Vázquez como uno de sus grandes maestros.

La obra de Carlos Génova se ha exhibido en diversos espacios de Mérida, así como en otras ciudades del país.

En 2014 realizó una exposición individual en el Centro Cultural Olimpo de Mérida; también ha exhibido, de manera individual o en muestras colectivas, en la galería Nahualli y Bazar de Arte de la capital yucateca. Sus cuadros han sido vendidos a diversos coleccionistas privados, tanto de México como del extranjero.

Además de esta exposición en el Senado, el artista está en proceso de edición de un libro sobre su obra, titulado Carlos Génova, crónica de un arte vivo. Actualmente también trabaja en la creación de un mural para la Secretaría de la Cultura y las Artes de Yucatán y se alista para exponer en París y Londres, donde participará en dos muestras colectivas a principios de 2017. Su exposición Arte vivo se exhibirá en el Senado de la República hasta el próximo miércoles.

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