Integrada por más de 30 esculturas en madera y una amplia selección de placas de grabado, la exposición "Batallas en el misterio" es una retrospectiva del artista Reynaldo Velázquez Zebadúa que será inaugurada el próximo jueves en el Museo Universitario del Chopo como parte del 29 Festival Internacional por la Diversidad Sexual (FIDS).

El trabajo de Velázquez Zebadúa destaca por el alto grado de detalle y destreza con el cual talla, en diferentes tipos de maderas, figuras inspiradas en la anatomía y el movimiento del cuerpo masculino, informó en un comunicado Difusión Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Indicó que a manera de recorrido metafórico sobre diversos estados y etapas del ciclo de vida humano, la muestra explora los impulsos creativos e intelectivos de Reynaldo Velázquez (Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 1946).

La búsqueda y encantamiento sobre el conocimiento erudito y artístico de la primera modernidad occidental, así como el cuestionamiento simbólico de la seducción que produce la forma volumétrica y figurativa humana, como detonante del deseo, son los ejes temáticos de la muestra.

Las esculturas de Reynaldo Velázquez representan seres contorsionados, retraídos, desahuciados y despojados deliberadamente de sus ropas y cabello; se encuentran desnudos y extraviados bajo una condición de humillación pública.

El artista no intenta apelar a la piedad ni caridad de los espectadores; el propósito es confrontarlo con su propia arrogancia que propicia condiciones de despojo, de diversas maneras, hacia sus semejantes; se trata de evidenciar ese afán por diluir el valor de un sujeto por ser distinto.

La exposición de sus esculturas se torna en un ritual cercano al espectáculo circense, como un detonante del deseo, pues surge la atracción hacia el cuerpo de un sujeto para poseerlo y liberarlo, aunque sea simbólicamente.

Al respecto, el curador Alfredo Matus señala que las obras de Velázquez representan un acto de poder y un ejercicio de control, así como un distanciamiento simbólico de algo amenazante.

Velázquez Zebadúa se considera un individuo que en el acto creativo vierte su desasosiego e ímpetu contenidos en la paradójica naturaleza humana: constructor-destructor; piadoso-intransigente; controlador-laxo; egoísta-solidario.

La formación en el arte y la cultura de Reynaldo Velázquez ha sido autodidacta, antes de dedicarse a las artes visuales se interesó por la literatura y a textos clásicos como “La Ilíada”, “La Odisea”, “La Divina Comedia”; a la obra de Racine y otros poetas franceses.

Más adelante, comenzó su inmersión en el dibujo y la pintura, bajo la tutela de un refugiado español con quien construyó un análisis sobre arte y cultura, mediante el intercambio de ideas y conocimientos.

El artista adquirió una perspectiva universal y occidental del mundo que le permitió ver más allá de su entorno tradicional. Definió su gusto por el universo clásico y rechazó la modernidad del arte de principios del siglo XX.

En el ámbito de la pintura, Velázquez Zebadúa intentó construir un sistema métrico similar al de la música. Sin embargo, a finales de los años 70 definió su interés por la escultura, quehacer que ha desarrollado en paralelo con la gráfica.

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