La muerte de José Solé caló hondo. Los recuerdos, las anécdotas, las gratitudes hacia el director de escena, actor, y dramaturgo se acumulaban por decenas en las redes sociales y en la memoria de la comunidad teatral que fue a despedirlo a la funeraria en Félix Cuevas. Una virtud destacaba entre todo ese coro de voces: el maestro fue un hombre generoso.

Un paro cardiaco bajó el telón de una vida de 87 años y más de seis décadas de carrera.

"Soy el director que más obras ha dirigido en los distintos géneros: teatro infantil, cabaret, teatro trashumante, comedia ligera, vaudeville, alta comedia, drama, tragedia, ópera, zarzuela, opereta", dijo el artista alguna vez.

Esa versatilidad e interés por el mundo escénico desde todos sus ángulos, quedó también plasmada en el último adiós. En la funeraria, poco a poco arribaron figuras como la secretaria de Cultura, María Cristina García Cepeda; la directora del INBA, Lidia Camacho; los directores de teatro Luis de Tavira y Enrique Singer, los actores Rafael Inclán, Héctor Bonilla, Patricio Castillo, Juan Manuel Bernal, Laura Zapata, Juan Ferrara, Odiseo Bichir, Jorge Ortiz de Pinedo, Carlos Ignacio, José Alonso, Arturo Beristain, Rodrigo Murray y Luisa Huertas. Su muerte derrumbó la frontera el mundo cultural y el de espectáculos.

El retrato humano e íntimo, lo dibujó su familia: "Mi papi lindo era un hombre bueno. Decía que su gran amor era el teatro y las mujeres. Era un gran creador, un buen comedor; le gustaba el arte, la música, y le gustaba mucho la vida. Tenía muchos planes y murió contento", dijo su hija Mina Solé.

Mientras que Cristina Gálvez, exesposa del creador, lo recordó como un hombre fantástico, lleno de talento, humor y un gran corazón, con una enorme capacidad de trabajo y una gran trayectoria. "Era una persona de gran nobleza; un gran ser humano", indicó a la prensa.

El dramaturgo Tomás Urtusástegui publicó en Facebook un lamento: "Si alguien merecía un homenaje de cuerpo presente en Bellas Artes, es el maestro José Solé. No se hizo, qué pena".

Paralelamente, en la funeraria, García Cepeda anunció que en el marco del Día Mundial del Teatro, el lunes 27 de marzo, se rendirá un homenaje.

"El maestro José Solé deja un gran vacío en los escenarios teatrales de nuestro país, y creo que se merece un homenaje de estas dimensiones por todo lo que hizo y dio para el teatro en nuestro país, y para que la comunidad teatral y el público puedan rendir homenaje a un hombre que fue el teatro mismo", dijo la secretaria.

El capítulo que escribió Solé en la historia del teatro mexicano se mide por emociones y aplausos. Participó en más de 90 puestas teatrales donde su talento y experiencia lograron cautivar al público. Escribió textos, ocupó diversos cargos académicos y recibió diversos premios.

En los teatros pertenecientes al INBA se colocará un moño negro; en muchos otros foros también se brindarán los últimos aplausos al maestro.

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