Katzarava no se muerde la lengua

La soprano María Katzarava no tiene pelos en la lengua. Las cosas por su nombre. El sector cultural, dijo, está siempre en el último lugar de prioridades. Y puso de ejemplo a la Ópera de Bellas Artes que “no tiene orden, ni pies ni cabeza”. “A veces no todo es culpa de quien está al mando, sino que hay que ver con tantas instituciones que no puedes mover a esas piedras por más que tus intenciones sean buenas. No han salido de seis títulos, siempre son los mismos: Boheme, Carmen, Tosca, Traviata. Y sí, son títulos que venden mucho pero yo sé que la gente está ávida de escuchar otras cosas. Cuando montamos de manera independiente La voz humana en Bellas Artes el éxito fue rotundo, la gente salió feliz y dijo que qué bueno que al fin se presentaba una ópera diferente”. Así lo dijo a la prensa durante el anunció del concierto que ofrecerá en unos días en el Cenart, a beneficio del Centro Cultural Tecolote. Nos recuerdan que ya una vez le llamaron la atención por quejarse de las pocas horas de ensayo que le dieron cuando estrenó la ópera de Poulenc. A ver ahora qué le dicen porque nos aseguran que en la compañía son muy sensibles a las críticas.

El Malpaso de Rafael Lemus

Aunque desde 2014, Malpaso Ediciones ya había entrado en México, ahora inaugura nueva colección y nuevo editor. Malpaso México será dirigida por el escritor y crítico literario Rafael Lemus quien asegura que se trata de una apuesta por una serie de obras capaces de iluminar nuestro presente. Los primeros títulos de la colección que incluirá ficción y no ficción son: Trump: ensayo sobre la imbecilidad, del filósofo Aaron James; La nación desdibujada: México en 13 ensayos, del antropólogo Claudio Lomnitz; La industria de la felicidad: cómo el gobierno y las grandes empresas nos vendieron el bienestar, del inglés William Davies; y Patas de perro, rescate editorial del narrador chileno Carlos Droguett. La editorial sigue siendo cómplice de editorial Jus con quien comenzó relaciones hace dos años.

Nueva perspectiva de arte

Mucho ajetreo ha habido estos últimos días en las salas Nacional y Diego Rivera del Museo del Palacio de Bellas Artes por el montaje de la nueva exposición sobre el color en las esculturas antiguas que alista el INBA, en colaboración con el Museo Städel y el Liebieghaus Skulpturensammlung de Frankfurt, nos cuentan. El viernes llegaron al Palacio piezas del Museo del Templo Mayor que serán incluidas en esta exposición que busca mostrar el esplendor de las esculturas antiguas, desde las romanas y griegas hasta las mesoamericanas. Entre esas piezas hay algunas que necesitan tratos especiales, como unos artefactos de madera mexica que restauradoras han estado cuidando a capa y espada, nos dicen, pues son piezas muy frágiles que necesitan ser tratadas con mucho cuidado. La muestra, El color de los dioses, ha viajado a 22 espacios de Europa, Asia y Norteamérica, y en México se inaugura el próximo 10 de octubre. Aseguran que lo más llamativo de estas piezas que se han exhibido en museos como el del Vaticano, el British Museum, Getty Museum, Museo Nacional de Atenas, es que uno cambia su perspectiva de ver las esculturas clásicas. Ya no se ven solo de color blanco o piedra, sino con los colores que tuvieron originalmente.

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