Las experiencias de vida individuales son las que llevan a una persona a encontrar un rostro más atractivo que otro, sugiere una nueva investigación sobre las preferencias personales hacia ciertos rasgos faciales.

Se dice que “la belleza está en el ojo del espectador” y, aunque por mucho tiempo los científicos se habían preguntado si la opinión del espectador es producto de los genes o del medio ambiente, ahora sugieren que se puede medir la diferencia de forma fiable.

Investigadores estadunidenses aseguran que las preferencias hacia un determinado rostro se explica principalmente por las experiencias individuales, mientras que el reconocimiento de una cara obedece a una variación genética.

Para llegar a esta conclusión sobre la naturaleza de los juicios sobre la belleza estética, los científicos pidieron a 547 pares de gemelos idénticos y 214 pares de mellizos del mismo sexo ver 200 caras y calificar, en una escala de uno a siete, el rostro más atractivo.

Sin embargo, para complementar la muestra, los especialistas aplicaron la misma encuesta a otro grupo de 660 personas (no gemelos).

Los resultados, publicados en la revista especializada Current Biology, revelaron que los genes no estarían involucrados en la preferencia, ya que los gemelos idénticos habrían dado puntuaciones similares a los rostros.

En el caso de los gemelos fraternos (mellizos), éstos habrían calificado de manera parecida si la influencia de un ambiente familiar tuviera más peso.

Las puntuaciones de la mayoría de los gemelos eran muy diferentes unos de otros, lo que sugiere que algo más estaba en juego: las experiencias de vida, sostiene el equipo de científicos.

Las preferencias individuales por un tipo de cara en particular, resultan pues de experiencias únicas de cada persona, pues son éstas las que guían nuestras opiniones en todo, estiman los especialistas, quienes aseguran que continuarán investigando.

kal

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