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maria.saldana@eluniversal.com.mx
Aún con el aumento del número de patentes mexicanas en los últimos años, en 2015 las firmas transnacionales obtuvieron la mayor parte de los registros en el país, según el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI).
La lista fue encabezada por Procter & Gamble, Samsung Electronics, Halliburton Energy Services, Colgate Palmolive, Basf, Kimberly-Clark, Microsoft, Nestec, Nissan y Schlumberger.
De enero a diciembre esas diez transnacionales de Alemania, Estados Unidos, Corea, Japón, Países Bajos y Suiza obtuvieron 865 patentes. Tan sólo Procter & Gamble obtuvo 149, mientras que Colgate Palmolive y Halliburton le siguieron con 95 cada una.
En el mismo periodo la participación de México se concentró sobre todo en instituciones académicas y solamente cuatro empresas, quienes consiguieron 144 patentes en total.
Las cifras de las transnacionales contrastan con lo obtenido por la academia, pues el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN fue la organización que más obtuvo, con 25, y le siguió la UNAM con 24 y el Tec de Monterrey con 17 patentes.
Para el director general del IMPI, Miguel Ángel Margain, en los últimos años hubo un cambio de tendencia al registrarse cada vez más solicitudes de patentes mexicanas.
De enero a marzo de 2016 el número de solicitudes mexicanas ascendió a 743, explicó Margain.
Se trata sobre todo de peticiones hechas en Nuevo León, Jalisco, Guanajuato y Distrito Federal, detalló.
En el primer trimestre de 2016 el IMPI recibió 4 mil 199 solicitudes de patente, de las cuales 295 fueron de instituciones de México, así como mil 918 de empresas originarias de Estados Unidos, 327 de firmas de Alemania y 325 de Japón.
A pesar de los avances, el presidente de la Concamin, Manuel Herrera Vega, aseguró que hace falta invertir en innovaciones aplicadas y desarrollo tecnológico. De lo que se trata es de lograr que se destine una cantidad equivalente a 1% del PIB en inversión público-privada para 2018, planteó.
Las empresas deben incorporar innovación, desarrollo científico y tecnológico para adaptarse a la economía del conocimiento, lo que requiere de inversiones y de transformaciones de los esquemas productivos, dijo el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Juan Pablo Castañón.
