Tener una mala relación de trabajo no tiene por qué ser una sentencia. El pasar ocho o más horas en un mismo lugar con las mismas personas generando ideas y conviviendo en el día a día hace que el conflicto aparezca de manera inevitable. ¿Cómo dar marcha atrás y arreglar una mala relación con un compañero de trabajo?

“Incluso aunque nos caigamos bien, si nos ponen a competir por una posición, por ejemplo, se puede tornar en una mala relación. Hay muchas situaciones que pueden tornar una buena relación en mala”, explica Ana Estrada, directora de Brújula Interior, una consultoría orientada a mejorar la carrera laboral.

Las buenas noticias son que una relación por muy difícil que sea tiene posibilidades altas de arreglarse; las malas son que cuesta mucho trabajo, explica Amy Gallo, una editora de la Harvard Business Review y especialista en temas de conflicto en el trabajo.

Lo primero es identificar la razón de esta mala relación. Es importante analizar qué es lo que no nos gusta de nuestra forma de relacionarnos con esa persona y el origen del conflicto, porque esto nos va a ayudar a tomar acciones al respecto. Los especialistas coinciden en que arreglar una relación necesita mucha madurez, porque es muy probable que implique tener que dejar de lado el propio ego y tener que ceder y demostrar apertura hace esa persona.

En realidad, una mala relación la puede hacer cualquier cosa. Un error de comunicación que haya desembocado en un desencuentro y eso tornó ríspida la relación; el que en alguna ocasión alguno no haya entregado a tiempo y retrasó la tarea del otro y hay todavía un enojo atorado por ello. A lo mejor ambos están en etapas muy distintas de la vida, la otra persona ya tiene hijos y la relación que tiene hacia el trabajo es diferente a la tuya, que no eres casado ni hijos tienes, lo cual supone una mayor carga de trabajo para ti y eso te molesta.

“Más de la mitad de los problemas en el trabajo vienen de cuestiones muy simples que se pudieron resolver en el momento con un discúlpame o con una aclaración de algo que no se entendió de inicio y no lo hacemos porque lo dejamos pasar o porque el ego es más grande”, ejemplifica Ana. A veces pedir disculpas aunque en realidad no se tenga la responsabilidad es mejor para desactivar un conflicto, pero en medio se interpone el ego.

Las posibilidades de conflicto son infinitas pero es importante hacer este diagnóstico primero. “Identifica la situación y luego ve qué puedes aprender de eso, si es que hay algo que puedas aprender. A lo mejor a ti te molesta que la otra persona puede hacer algo que tú no puedes hacer pero no te está haciendo daño”, explica la especialista. ¿Te está haciendo daño lo que hace? ¿Te hace daño en realidad esa relación?

¿Qué tal te comportas?

Como parte de este diagnóstico, revisa también qué tal ha estado tu actitud.

“Antes de que te quejes o señales con el dedo a tu compañero de trabajo, haz una revisión honesta para ver si tú también estás contribuyendo con el problema. ¿Estás dejando que tus sentimientos te tornen poco cooperativo, celoso, o extremadamente sensible? Atacando el propio comportamiento negativo a menudo puede ayudar a disminuir el malestar provocado por la mala relación”, explica Todd Linaman, un coach de negocios en un texto para el sitio especializado en dar consejos para emprendedores evancarmichael.com.

Hasta aquí, si te das cuenta de que mucha de la culpa recae en ti o que está en tus manos poder cambiarlo, de alguna manera son buenas noticias porque tiene solución con un cambio de actitud. Lo que sí es que si ya has empezado a hablar mal de él o a quejarte de su mala relación, detente ahora, sobre todo si lo estás haciendo dentro de la oficina. “Los chismes o las pláticas que atacan a tu colaborador tienen una forma de regresar a ti y de lastimarte. Resiste la tentación de difundir el problema en la oficina”, recomienda el consultor.

Quizá no es de uno o de otro, sino que los dos han hecho cosas para entorpecer la relación y cargarla de connotaciones negativas. Si analizando esta relación es éste el caso, lo primero que hay que hacer es hacer una lista de las cosas que tú puedes cambiar.

Lo que sí es que hoy ya no es momento de mirar atrás para analizar quién dijo qué o quién se equivocó más. “Resístete a la tendencia de analizar cada detalle de lo que pasó en su relación. Eso no es productivo”, asegura Amy. Es mejor mirar hacia delante y pensar qué es lo que se quiere de esa relación.

¿Qué mueve al otro?

Por el otro lado, intenta entender las motivaciones y qué es lo que está pasando del otro lado. “Los conflictos suelen ocurrir cuando dos personas simplemente no ven las cosas de la misma manera. Entonces cuando tienes una relación problemática, haz un esfuerzo sincero para ver las cosas desde el mismo punto de vista de la otra persona”, explica Linaman. Escucharlos con atención y pedirles que clarifiquen algo cuando no lo entiendas es una buena forma de mantener un diálogo sano, asegura.

Aún con las cosas que no recaen en tu responsabilidad hay acciones que puedes tomar para hacer un intento y mejorar esta relación que ya se ha tornado mala.

“Empieza a tener detalles con esa persona, le ofreces café, ten deferencias con el otro que le avisen que no tú no tienes nada en contra de él”, explica Ana Estrada.

Es necesario que trabajes en esta relación y que la otra persona realmente se dé cuenta que de tu parte no está el conflicto y que si en algún momento tuviste una mala actitud hacia ella, hoy este sentimiento se ha disipado.

Cuando se ha hecho el diagnóstico de cuál es el origen de la mala relación es mucho más sencillo atacarla o buscar revertirlo.

Muchas veces una situación en específico es la que tensa las relaciones interpersonales pero bastara con dejar pasar el tiempo para que las cosas se acomoden. Esto junto con los detalles hacia esa persona muy probablemente desactiven esa relación complicada. Las cosas cambian y nada se queda eterno. Si esa persona no cede a los detalles, lo mejor es tomar distancia y esperar a que esta situación pase.

En este deseo de demostrar que no tienes ninguna mala intención con esa persona, está el que investigues qué es lo que es significativo para ella. Quizá acaba de nacer su hijo y es un momento perfecto para llevarle un detalle pequeño para el niño.

“No hay estrategia o persona que se resista a cuando es apoyada, siempre que el otro no sólo ayude y también le tire buena onda. A menos de que sea alguien tóxico, no hay relación que no se arregle mientras al mismo que te ponen cara, tú les das una sonrisa. Hay que tener tantita persistencia pero la persona va a aflojar”, asegura la consultora.

Hacer al otro un “socio de tu esfuerzo” es importante. Una buena frase para hacerlo sería: “En los proyectos pasados tuvimos estilos muy diferentes de trabajar. Pero quiero hacer esta colaboración lo más productiva posible, así que me encantaría hacer una lluvia de ideas acerca de cómo podemos trabajar bien. ¿Qué te parece’”, recomienda Dorie Clark, autora de un par de libros y profesora de la Duke Universitys Fuqua School of Business.

Los especialistas coinciden en que evitar la relación no es una buena estrategia a menos que sea un colega con el cual muy probablemente no te vas a topar.

“Pero si es tu jefe o tu compañero de trabajo, ignorarlo es una estrategia perdedora”, asegura Dorie Clark.

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