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Desde el próximo año México estará en condiciones de combatir la evasión fiscal que las multinacionales realizan con ayuda de estructuras para pagar menos impuestos en los países en donde se generan las ganancias.

El director general de Tratados Internacionales de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Enrique Bolado, dice que el país se ha preparado para poder aplicar las 15 acciones del plan conocido como BEPS, creado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para evitar la erosión fiscal de la base gravable y el traslado de beneficios.

En entrevista, señala que si bien se conoció el caso de una empresa juguetera que llegó a un arreglo con el Servicio de Administración Tributaria (SAT) para pagar lo que corresponde, hay otras más que están en esa misma situación y otras que no han pagado, no sólo en México porque es algo que sucede a nivel mundial que se descubrió desde hace 10 años.

Explica que en diciembre la OCDE abrirá el proceso para la renegociación de los 55 tratados vigentes y 60 suscritos para evitar la doble tributación y la evasión fiscal que México tiene con otros países para intercambiarlos por uno multilateral.

Con este paso no será necesario renegociarlos de manera bilateral, porque hacerlo uno a uno tomaría quizá unos 20 años, dice Bolado.

Se hará una renegociación masiva o colectiva porque es multilateral de los tratados no sólo de los países miembros sino también de los no miembros que hay 96 jurisdicciones para que también se sumen.

“Se busca hacer el cambio global de los tratados para que tengan rápido las disposiciones de BEPS para que evitar que se transfieran las utilidades a un lugar de baja imposición”, explica.

Los más importantes son los tratados que con los países que son nuestros socios comerciales o que tienen importancia en la balanza comercial como Estados Unidos por el intercambio económico.

Luego de ese paso, el Senado tendrá que ratificarlo, afirma el funcionario.

“Se ha hecho muchos esfuerzos para combatir la evasión fiscal. México en ese sentido va bastante avanzado porque muchas de las disposiciones de BEPS ya se incluyen en los tratados y en la legislación nacional. Vamos bien”, afirma Bolado.

Reconoce que es un proceso que está en la etapa de implementación que tomará tiempo, pero para el cambio de tratados estamos listos.

El origen. El funcionario refiere que el origen del Plan BEPS tuvo su primer indicio en 2006 en un foro sobre administración tributaria en Seúl, en donde se cuestionó el por qué había empresas que obtenían grandes utilidades, pagaban un impuesto menor.

A nivel global, los servicios fiscales de todo el mundo empezaron a ver qué estaba pasando en algunas trasnacionales como Apple, Google y Starbucks no pagaban el impuesto proporcional a la utilidad que habían obtenido.

“Se dieron cuenta que las empresas obtenían un ingreso muy fuerte y transferían la utilidad a países en donde o no se cobraba impuesto o no había información fiscal y nunca se enteraban y cuando se dan cuenta de eso le ponen de título BEPS por sus siglas en inglés que significa en español: La erosión de la base gravable y la transferencia de utilidades”, relata Bolado.

Y se empieza a ver que la manera en que se hacía la transferencia implicaba una evasión fiscal aprovechando vacíos legales; además se une el G-20 y se decide lanzar el proyecto de BEPS reconociendo que se tienen que cambiar las leyes en cada país para obtener una recaudación adecuada, señala.

Por eso se tiene que ver la forma en cómo se implementará el plan BEPS con los tratados internacionales. “Primero salió un reporte en febrero de 2013 y luego el plan de acción en septiembre del mismo año”, menciona el funcionario.

De las propuestas sobre la necesidad de impulsar una iniciativa similar para países de América latina, considera que debido a que BEPS surgió a raíz de un problema global, no debería haber una versión latina.

No comparte la idea que han manifestado algunos países de la región en el sentido de que la dureza de las reglas desincentiva las inversiones.

“Para que se tome una decisión, se tiene uno que fijar en la estabilidad social, política y económica; si un país trae un grave problema de crisis social o de guerra civil por más que des un marco fiscal maravilloso, la inversión no va a llegar ahí. Es un factor pero no sustancial. Esos miedos ya se quitó un poco”, asegura Bolado.

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