maria.saldana@eluniversal.com.mx
La principal víctima comercial de la eventual llegada del republicano Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos (EU) es el Acuerdo de Asociación Transpacífico, conocido como TPP, por sus siglas en inglés, porque de no aprobarse en noviembre, diciembre y los primeros días de enero, hay posibilidad de que el candidato pida su renegociación.
Para especialistas en comercio exterior, la llegada de Trump no amenaza al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), porque el Congreso estadounidense tiene facultades para defenderlo, además de que las mismas empresas norteamericanas van a pugnar porque se mantenga, pues son las que más exportan entre las dos naciones.
Trump aseveró que el TLCAN “es un desastre” y “lo renegociará”, en tanto que el TPP lo llamó “un terrible acuerdo” en diversos discursos a lo largo de su campaña para convertirse en el aspirante a la presidencia de EU.
“La víctima [de Trump] sería el TPP si no está negociado, pero no el TLCAN. Porque si el TPP es aprobado antes de que llegue [Trump, en caso de ganar] no habrá problema, pero si no se ha enviado al Congreso para someterlo a votación podría no mandarse y puede regresar con los socios para renegociarlo”, aseveró el especialista en comercio exterior y director general de la consultoría CMM, Luis de la Calle.
Esto significa que después de las elecciones presidenciales sólo les van a quedar unas semanas después del 8 noviembre, diciembre y hasta el 20 de enero, que es el día de su toma de posesión. Y hay varios tratados comerciales que se aprobaron unas semanas antes de que llegara el nuevo jefe del Ejecutivo de EU.
En caso de que quiera que EU deje de ser socio del TLCAN, el Congreso puede “decirle no lo hagas”, pero aún y cuando ocurra, el arancel promedio que se cobraría a México sería de 2%, porque es el máximo que puede imponer, según se comprometió EU ante la Organización Mundial del Comercio. Ahora está en cero.
Las empresas que más van a sufrir son las estadounidenses, pues son las mayores exportadoras desde México, comentó el presidente del Comité de Comercio Exterior de Cámara Nacional de la Industria de la Transformación, Arturo Rangel.
Además de que las exportadoras van a tener que ir a conseguir insumos de otros países, porque 40% del material que incorpora en sus exportaciones proviene de Estados Unidos, aseveró la especialista en comercio, Luz María de la Mora, directora de LMM Consulting.
Las firmas de los sectores automotriz, eléctrico, electrónico, aeroespacial, software, entre otras, pudieran afectarse por un aumento de los aranceles, si es que Trump cumple con su discurso de que haría pagar a México por tener un superávit comercial con Estados Unidos.
El presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Juan Pablo Castañón, aseveró que “preocupa un discurso político que nos lleve a deteriorar las relaciones bilaterales comerciales y de personas. Nosotros queremos fortalecer el dinamismo económico que nos da la región de América del Norte”.
Para Estados Unidos, cerrar sus fronteras y no apostarle más al comercio puede tener consecuencias económicas como una recesión, según algunos analistas, explicó De la Mora.
Si quisiera imponer una cuota compensatoria a algún producto tiene que justificarlo y para ello requiere hacer una investigación, que para iniciarse necesita la petición de 50% de la industria, agregó De la Calle.
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