El Banco Central Europeo (BCE) consideró en su última reunión de política monetaria de finales de enero que es importante preservar “el compromiso con los mercados abiertos y el comercio libre”.

Así se desprende de las actas de la reunión, que fueron publicadas ayer, y en las que el BCE insiste en que la reciente subida de la inflación se debe sólo al encarecimiento de la energía.

El consejo de gobierno del BCE observó que los principales riesgos para el crecimiento global son geopolíticos, por la incertidumbre sobre las políticas de la nueva administración estadounidense, el ritmo de salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE) y el aumento de las presiones proteccionistas.

El BCE cree que es posible que aumente la volatilidad y que se produzcan correcciones a la baja en los mercados financieros globales.

El consejo de gobierno del BCE mantuvo a finales de enero el precio del dinero en 0% y sigue cobrando a los bancos un 0.4% por el exceso de sus reservas, a propuesta de su presidente, Mario Draghi.

La entidad monetaria va a comprar deuda pública y privada de la zona del euro por valor de 80 mil millones de euros hasta finales de marzo y a partir de abril reducirá la cantidad hasta 60 mil millones mensuales durante nueve meses más.

El consejo de gobierno del BCE reconoce que el crecimiento y la dirección van en la dirección correcta, pero que no se han reducido las incertidumbres. Por ello reitera su disposición a incrementar el programa de compra de deuda, en términos de tamaño y duración, en caso necesario para lograr su objetivo de inflación y en caso de que las perspectivas sean menos favorables.

El consejo de gobierno consideró que será necesario prestar atención a la formación de salarios en países de la zona del euro, pero considera que los efectos sobre los precios serán bastante lentos.

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