WASHINGTON.- El gobernador del Banco de México (Banxico), Agustín Carstens, reconoció que aun cuando por factores internos no sea recomendable subir las tasas de interés, las presiones del exterior podrían obligar a endurecer la política monetaria del país.

“Es posible que en algún momento por las presiones del exterior, y a pesar de que por factores internos no sea recomendable, tengamos que aumentar las tasas”, explicó a EL UNIVERSAL.

En entrevista, el funcionario del instituto central dijo que pese a que se esperan más episodios de volatilidad en los mercados financieros internacional, la economía mexicana se encuentra fuerte y firme para enfrentar este fenómeno.

Admitió que esos elementos le dan una posición más sólida al país, por lo que aun cuando la volatilidad impactará, no habrá una salida de capitales masiva ni desordenada.

Consideró positiva la aprobación de reformas en materia de transparencia y anticorrupción, ya que ambos cambios abonarán a la certeza jurídica y el Estado de derecho, elementos clave para la atracción de inversiones.

“En México ha venido avanzando la inversión, pero no a los pasos que quisiéramos, sobre todo en la construcción, donde hemos tenido algunos impedimentos”, destacó.

Aunque será en mayo próximo cuando presenten sus estimaciones económicas para la economía mexicana en este año, el gobernador reconoció que la producción petrolera ha sido un elemento que ha dado sorpresas a la baja para la actividad.

Incluso, el gobernador aseguró que el reciente accidente de la plataforma Abkatun Permanente, en Campeche, es un factor que también impacta negativamente a la actividad del sector y por ende a la economía.

Sin embargo, dijo que hay otros indicadores que han tenido un buen desempeño en estos primeros meses del año, como las inversiones del sector automotriz, que abonan al crecimiento del Producto Interno Bruto.

Con casi seis años al frente del Banco de México, Agustín Carstens reconoció que se siente bien con lo logrado durante su mandato al frente de la institución, y que aunque la decisión de su continuidad como responsable de la política monetaria corresponde a otras instancias, admitió que estará más que satisfecho con lo que se disponga.

¿Cómo se siente ahora que preside el Comité Monetario y Financiero Internacional? ¿Cuáles son los retos que tiene en este mandato?

—Es un puesto de gran responsabilidad y es un gran honor que la comunidad financiera internacional le confiere a un mexicano para presidir este comité. Los retos son importantes, por un lado, en el muy corto plazo está el tema de resolver los asuntos de gobernanza y el aumento de cuotas que están cerca de solucionarse, pero tenemos el problema de Estados Unidos, ya que su voto es esencial, pero no ha logrado los consensos necesarios en el legislativo para que se dé a cabo esta reforma que es muy importante para los países emergentes, porque tendríamos mayor representatividad, mayor voz, más capacidad de apoyo. El secretario del Tesoro de Estados Unidos fue bastante elocuente en decir que se hace todo lo posible en ese tema, así que hay que esperar que en el corto plazo se pueda producir este apoyo para que se aprueben las reformas.

Una vez que esto se confirme, e incluso si no se logra, el gran reto que tiene la economía mundial es lograr un crecimiento económico sostenido y en el contexto de estabilidad financiera. Lo que hemos sufrido desde la crisis de Lehman Brothers es que ha habido un crecimiento bastante raquítico en la economía mundial y con mucha inestabilidad financiera.

Ha habido logros sobre todo en los países avanzados, como Estados Unidos, y eso ha llevado a que estén próximos a aumentar sus tasas de interés. Hacia adelante, lo importante es que se logre una coordinación entre los países avanzados y emergentes que le dé más fortaleza al sistema financiero internacional, y el Fondo Monetario Internacional juega un papel central en la coordinación de políticas.

¿Es el momento de darle mayor voto y voz a los emergentes?

—Sí, es un reconocimiento merecido y que se debió dar desde hace mucho tiempo. Creo que sin duda hay los consensos de ministros de hacienda y gobernadores de bancos centrales de que a los emergentes se les dé mayor voz y voto. El único impedimento es el legislativo de Estados Unidos.

Se ha destacado mucho el caso de México como un país que ha logrado alcanzar las reformas, pero usted ha dicho varias veces que no podemos ser complacientes. ¿Qué sigue además de las reformas y de su implementación para que el crecimiento económico continúe de manera sostenida?

—Las reformas que se han hecho y legislado son muy importantes. Las tradicionales como las de telecomunicaciones, la financiera, la energética, de competencia, la de educación, la laboral, son muy importantes. Pero también son fundamentales las que recién se legislaron, en materia de transparencia y corrupción.

Esas dos iniciativas son importantes porque van en la dirección de aumentar la confianza en el país, y son reformas que habrá que implementar plenamente. Ambas abonan, sobre todo la de anticorrupción, a que haya un Estado de derecho más sólido y eso es muy importante porque la certidumbre jurídica es clave para estimular las inversiones.

Justo aquí en Washington uno de los temas que más se abordó es el por qué la inversión a nivel mundial no ha aumentado, y hay el consenso de que la falta de confianza y las perspectivas mediocres en algunas zonas es lo que ha dado resultado de que no haya progreso de la inversión a escala mundial. En específico, en México ha venido avanzando la inversión, pero no a los pasos que quisiéramos, sobre todo en el sector de la construcción, donde hemos tenido algunos impedimentos.

En las recientes minutas de política monetaria, uno de los miembros advirtió que el crecimiento del PIB podría estar en la parte baja del rango que tienen. ¿Debemos asumir que 2015 será otro año que terminará por ser más complejo de lo esperado? ¿Y para 2016 podría extenderse este lento dinamismo?

—Esa opinión es de un solo miembro, no significa que la comparta el resto de la junta de gobierno. En el próximo Informe de inflación, que publicaremos a finales de mayo, haremos un nuevo balance de las perspectivas de crecimiento del país. En el corto plazo, sobre todo el tema de la plataforma de producción petrolera, tenemos que este es uno de los factores que nos ha dado la sorpresa a la baja. Eso tiene implicaciones en términos de actividad minera, petrolera. Obviamente, el lamentable accidente que sufrió una de las plataformas (Abkatun Permanente, en Campeche) no abona a ese respecto, pero por otro lado, hay otros sectores que crecen más, que han tenido un buen desempeño, por ejemplo las inversiones en el sector automotriz aumentan. Entonces haremos un balance en mayo una vez que produzcamos nuestro informe de inflación.

Hay un tema que también recalcan en el reporte de minutas, que es la informalidad. ¿Este fenómeno qué tanto puede contrarrestar los beneficios que esperan de las reformas o a tener un mayor crecimiento en los próximos años?

—No necesariamente contrarrestarían. Sí es un hecho que en la informalidad hay actividad con muy poca productividad y por lo tanto incide muy poco sobre el crecimiento económico, y sí debería ser una meta del gobierno reducir ese problema y aumentar la formalidad. Pienso que de esa manera una mayor parte de la población se puede incorporar a sectores más productivos, y a la larga eso debe llevar a mayores remuneraciones, mayor empleo y más crecimiento económico.

Mencionan la necesidad de políticas que encarezcan la informalidad. ¿Cuáles podrían ser algunas medidas en este sentido?

—Sin duda hay informalidad grande muy bien organizada, y ahí a través de un mejor proceso de fiscalización podría ser una vía muy importante. La informalidad implica no pagar impuestos, y muchas veces los evasores o los que eluden al sistema tributario lo hacen desde la informalidad, pero no necesariamente son pequeños changarros en una esquina.

Lo que han realizado la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, y el Servicio de Administración Tributaria en esa dirección es alentador.

A un mes de que se implementaron las nuevas medidas de la Comisión de Cambios para evitar una mayor depreciación del peso, ¿cuál es la evaluación? ¿Lograron permear la volatilidad que se registraba?

—Sin duda se le ha puesto más orden. El tipo de cambio se ha mantenido en un rango más o menos estrecho. Sigue habiendo volatilidad, pero este hecho responde mucho más a noticias de Estados Unidos, que ha sido el factor que más ha contribuido a esta volatilidad. Pienso que, en términos generales, el mecanismo implementado ha dado los resultados que esperábamos.

Como responsable del Banxico, ¿el tema sobre la decisión de política monetaria en este momento le representa un dilema? Ustedes han reconocido que el desempeño de la economía mexicana en estos primeros meses ha sido un tanto débil. ¿Les preocupa que esta decisión pueda tener más implicaciones sobre la actividad?

—Reconocemos ese balance que tenemos que hacer, de cómo hacer compatible los determinantes de la inflación que recomiendan mantener tasas bajas como es la brecha del producto y hasta cierto punto el buen comportamiento de la inflación. Por otro lado, el potencial de que las acciones de política monetaria generen mayor depreciación y una expectativa de inflación mayor. Entonces vamos a estar muy pendientes a la nueva información para ver cómo se mueve ese balance. Es posible que en algún momento, dado las presiones que vengan del exterior, a pesar de que por los factores internos no sea recomendable aumentar las tasas, las tengamos que aumentar.

¿Preocupa o da por descontado que por este fenómeno se suscite una salida desordenada de capitales?

—La economía mexicana es fuerte, está firme, tiene fundamentos sanos. Va a haber cierta volatilidad de capitales, pero no creo que vaya a ser masiva.

Y a todo esto, ¿complica el panorama de asimetría monetaria que hay en el mundo? En Europa y Japón viven una situación muy distinta a la de Estados Unidos.

—Sí, porque la asimetría lo que está haciendo es que Estados Unidos se vuelva un destino muy socorrido de influjos de capital, y eso ha hecho que la disponibilidad de recursos para países emergentes sea menor.

Entiendo que es una decisión del Ejecutivo y que aún faltan muchos meses, pero en lo personal, desde un sentimiento propio, ¿le interesa repetir un periodo más al frente del Banco de México?

—Yo estoy dispuesto a servirle a la nación en la medida en que el Presidente lo decida. La verdad es que no es una decisión mía, siempre me ha gustado la función pública, entonces la verdad es que es una decisión que el Presidente la tiene que valorar.

Al fin del día, lo que él y el Congreso y el Senado decidan voy a estar más que satisfecho con eso. Haber tenido ya este primer periodo ha sido muy bueno y lo siguiente, pues ya dependerá (concluye entre risas).

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