Como he escrito antes, en Grupo Consultor Interdisciplinario, S.C. (GCI) identificamos dieciséis variables que, creemos, serán claves para explicar el desenlace en la elección presidencial. Hace dos semanas expuse las primeras: la maquinaria político-electoral, el candidato y su capacidad para conectar con el electorado, la disponibilidad de recursos y la operación a ras de suelo tanto del gobierno federal como de los gobiernos estatales y municipales, el legado y su impacto en el humor colectivo y los amarres con los poderes fácticos.

El jueves anterior abordé otras variables: la campaña, la estrategia electoral y las ofertas, los saldos de los procesos de selección dentro de los partidos, los debates y los post-debates, la dispersión de las opciones, los impactos de las alianzas, el árbitro y la autoridad electoral, los efectos de las postulaciones de candidatos a las gubernaturas, al Congreso y a las alcaldías más relevantes y el factor externo. Restan dos variables: las redes sociales y el azar.

Aunque no son nuevas, en 2018 las redes sociales jugarán un papel relevante. Frente al despliegue burdo de la propaganda en los medios convencionales, se levanta la protesta ciudadana, muchas veces anónima e, incluso, truqueada, a través de Facebook y Twitter. Las noticias falsas y el golpeteo entre las fuerzas en disputa serán, sin duda, el pan de cada día en las redes sociales.

Hace seis años, según el Inegi, solo 39.8% de los mexicanos eran usuarios de internet, pero el grupo etario con más usuarios eran jóvenes de entre 12 y 17 años, es decir, menores de edad sin derecho al voto. En cambio, en la actualidad, el número de usuarios ha crecido vigorosamente: según las estadísticas oficiales más recientes, de 2016, 59.5% de los mexicanos son usuarios de Internet.

Acompaña a las redes sociales la utilización de los celulares como instrumento que permite exhibir los abusos del poder. En fin, información que puede viralizarse y, en cuestión de minutos, cambiar las percepciones en torno a los personajes públicos y a los procesos políticos.

En el actual proceso electoral, las redes sociales serán clave para refrescar o contaminar la memoria. De pronto, se agolparán y se harán virales los videos y memes que han hecho escarnio del presidente Peña, pero también los videos o la información que caricaturiza a Andrés Manuel López Obrador, José Antonio Meade y Ricardo Anaya. Las redes sociales serán una de las arenas principales donde se librará la batalla por la percepción pública.

Y, finalmente, está el azar. Como se ha probado muchas veces, la irrupción de fenómenos sorpresivos —como el atentado terrorista en la estación de Atocha, en Madrid, en marzo de 2004— puede generar un quiebre que afecte resultados electorales que parecían inevitables. En México, ante el asesinato de Luis Donaldo Colosio, Carlos Salinas de Gortari no tuvo más remedio que entregarle la candidatura a Ernesto Zedillo.

Resulta difícil anticipar, en esta compleja mixtura de datos, el peso que tendrá cada uno de los elementos o cuál será su combinación exitosa. Incógnitas de la incertidumbre democrática que deberán descifrar partidos y candidatos en contienda. Pero lo que es cierto es que el acomodo de las distintas piezas inclinará la balanza.

En la ponderación que realizamos en GCI de las dieciséis variables (distribuidas en tres bloques con diferente rango de valoración), el resultado fue sorprendente: un empate técnico entre las tres formaciones mayores, en el que la coalición que postula a Andrés Manuel López Obrador alcanza 71.5 puntos; la que tiene a Ricardo Anaya como candidato 70 y la que encabeza José Antonio Meade, 69.5 puntos. Lo que significa que la moneda está en el aire y que el desenlace dependerá del acomodo de ciertas variables y de los aciertos y errores, algunos quizás mínimos, que cometan los contendientes en el último tramo.

¿El “poderoso” aparato electoral del PRI resultará un artefacto desvencijado o, ante la dispersión de las opciones, su capacidad para llevar a sus votantes a las urnas hará el milagro? ¿La decisión de un “independiente” de llamar a sus electores a votar por quien encabeza una coalición hará la diferencia? ¿Qué se impondrá: la maquinaria o el hartazgo?

Presidente de Grupo Consultor Interdisciplinario.
@alfonsozarate

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