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En la jornada del sábado, el cielo nublado anunciaba la lluvia que finalmente cayó en el Vive Latino. Pero ayer, lo único que se anunció fue más y más calor en un cielo con unas nubes amontonadas, algo que aprovecharon los vendedores de cerveza que de 90 en 90 pesitos convencían hasta al más dudoso de refrescarse.

Uno de los artistas más esperados de este último día fue el argentino Vicentico, a quien dos minutos antes de la hora oficial de su salida a la carpa Tecate, los asistentes (que abarrotaron el lugar) esperaban con chiflidos. Para esa hora, muchos estaban entonados, otros hambrientos y algunos más con los ojos rojos.

Vicentico, puntual, salió ante ellos y decidió que esa noche además de cantar y llegar al corazón de todos, haría un homenaje al recientemente fallecido Prince. “Con mucho respeto y amor para el ahora Rey de los cielos, con todo mi amor”, señaló y luego entonó “Purple Rain” iluminando el escenario en este color.

Minutos antes, al inicio de su participación, su hijo Florián hizo sonar su guitarra y Vicentico cantó su primer tema, “Ya no te quiero” acompañado del coro de todo el público (alguno que otro, en lugar de cantar sólo se balanceaba como alguien que camina en una cuerda floja).

Como no podían faltar canciones de Los Fabulosos Cadillacs, la que él eligió para esa hora sin sol pero con viento fue “Siguiendo la luna”, entonada con tal nostalgia que transformó los rostros del público en recuerdos y cosas inenarrables, gente que lo seguía con sus voces pero la mente en otros lugares.

El tema terminó y alguien rompió la burbuja con un “¡Hazme un hijo!”. Para entonces Vicentico ya cantaba otra de Los Cadillacs con igual sentimiento, “Basta de llamarme así”. Tras el tributo a Prince pidió unos segundos de silencio y se despidió con “Los Caminos de la vida”.

Sentimientos encontrados. El dolor y el drama no siempre es sinónimo de sufrimiento. Así lo demostró Carla Morrison durante su regreso luego de tres años de ausencia en el el Vive Latino, en donde además de interpretar los temas de su nuevo disco Amor supremo, se aventó un palomazo con uno de sus ídolos.

Las mujeres, en su mayoría, fueron las que nunca dejaron de cantar, y aún entonando temas de dolor y tristezas, sus caras mostraban felicidad por estar escuchando a su artista. Carla no dejó pasar la oportunidad de invitar a Gil Cerezo, de Kinky, para aventarse un palomazo al interpretar “A donde van los muertos”.

Horas antes, gafas de sol, shorts, playeras y sudaderas (por si acaso) acompañaban a los asistentes.

A muchos no les importó el calor y prendían cigarros a diestra y siniestra, otros más cambiaban el tabaco por algo que los hiciera reír y disfrutar del artista que acaba de subirse a la Carpa Indio: Goran Bregović, quien a las 16:30 hizo sonar las trompetas de su orquesta y abrió paso a la locura: cientos de manos empujando el cielo, cuerpos moviéndose con los ojos cerrados, levantando cervezas, abrazados unos y otros, los niños (porque había uno que otro niño) moviéndose en los hombros de sus padres.

Mientras tanto en en la Carpa Tecate, se preparaban los uruguayos No te va a gustar, quienes convocaron gran afluencia de seguidores pese al intenso sol de las cinco de la tarde.

Inspector, La Maldita Vecindad y Panteón Rococó aparecieron sorpresivamente en el escenario Momentos Indio.

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