Con la mirada fija hacia enfrente, los ojos cristalinos, una pausa para pasar saliva y suspirar y tratar de contener el llanto de aquel lamentable episodio que quedará marcado por toda su vida.

, mejor conocido como ‘El Gato’ , fue bombero, viajó a Oaxaca para ser salvavidas, practicó atletismo y compitió en algunas carreras como en la Guelaguetza, donde consiguió un quinto lugar, detrás de tres kenianos y un corredor oaxaqueño. Pero todo esto lo hizo a un lado para convertirse en boxeador profesional.

En febrero del 2020, tres días antes de su debut, su abuelo, quien siempre quiso verlo en la televisión triunfando dentro de un encordado, perdió la vida. Fue mucho el dolor de la pérdida que quiso frustrar su sueño de ser pugilista profesional, pero su entrenador, Enrique Romero , lo convenció para presentarse a pelear.

El mismo día que despidió a su abuelo, debutó con triunfo por nocaut en el segundo asalto. Su momento de gloria, también era acompañado por lágrimas de tristeza y con dedicatoria especial hacia el cielo, mismo que sirviera como impulso para continuar con su carrera de boxeador, pero la pandemia de Covid-19 puso en jaque su labor dentro del pugilismo.

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Gracias a su amor por el deporte, ‘El Gato’ no bajó la guardia, y con la ayuda de su entrenador en el gimnasio de box Carlos Zárate , nombre de uno de los históricos pugilistas de México que se ubica en Tultitlán, Estado de México, y con su gym de entrenamiento funcional que logró abrir gracias a sus ahorros, continuó con su preparación durante los meses complicados que se han vivido en todo el mundo.

El boxeo fue uno de los deportes que más se vio afectado por el coronavirus, pero en el momento en el que el semáforo epidemiológico comenzó a disminuir, fue el momento que Irving y Enrique Romero vieron la oportunidad para acordar su segunda pelea profesional en el mes de noviembre en el Auditorio de Teyahualco, en Tultepec, Estado de México.

Pero la pregunta era, ¿qué tanto afectó nueve meses de inactividad a un boxeador debutante? “No poder entrenar con otras personas me afectó, no sparrear, no estar con otras personas me afectó en el desarrollo de la preparación, pero me mantuve en forma gracias a que tengo un gimnasio de entrenamiento funcional y crossfit”, mencionó González a El Universal Deportes. “Muchos compañeros se vieron afectados psicológicamente y físicamente, pero yo creo que nunca es tarde y podemos seguir avanzando”.

Amante del estilo de Gennady Golovkin y Juan Manuel Márquez , Irving González , llegó a pensar que el 2020 ya no iba a volver a subirse al ring, pero nunca se desmotivó, porque el objetivo es claro: seguir sobresaliendo en este deporte.

 

La fecha de su regresó al cuadrilátero llegó. Acompañado por sus padres, pareja, y otros familiares, el mote del ‘Gato’ volvía a escucharse en una función de boxeo. Su madre, irónicamente acepta que le gustaría que su hijo perdiera para que nunca más vuelva a subirse a un ring y ya no reciba golpes; sin embargo, está al pendiente de él y se despide con un amoroso abrazo antes del momento en el que su hijo suba los escalones que lo llevan a la lona.

Los meses sin actividad, pero su entrega se vio reflejada en el cuadrilátero al derrotar a su rival en el cuarto asalto por nocaut técnico y con una mirada hacia el cielo y con el puño en lo más alto, Irving González sumó su segunda victoria como profesional y continúa escribiendo su historia exitosa dedicada a su abuelo.

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