La investigación del asesinato de los cuatro hijos de Elvira arrojó varias inconsistencias y evidenció la cruda realidad de varias mujeres. En prisión aprendió inglés y mecanografía y su buen comportamiento redujo su condena, pero no pudo evitar que diferentes interpretaciones del crimen llegaran al cine y al teatro. Hoy la segunda y última parte.

En 1982 la muerte de cuatro niños a manos de su propia madre estremeció a la opinión pública y a la prensa local y nacional. Las contradictorias declaraciones de la mujer al final la llevaron a la cárcel a falta de indagatorias que comprobaran los hechos. Luego nada más se supo de ella; sin embargo, su historia inspiró obras de teatro y películas, hoy la primera de dos partes.