¿Ha creado el sentido común un país equilibrado, justo y capaz de progresar? En absoluto: sus habitantes hacemos lo que nos viene en gana mientras podamos evitar el castigo

Sobrepasarse en cualquier discurso o acción es una calamidad, un insulto inmerecido. Yo mismo he caído en esta trampa maquiavélica y al tiempo tan atractiva

La conexión tecnológica desmesurada de la que hoy somos objeto simula la normalidad que hipotéticamente tendría que existir en la convivencia entre los individuos.

La obra de José Agustín detonó un impulso que guardabayo en mi conciencia: el de escribir ficciones acompañadas de una irreparable adicción a la libertad