Cruzar la línea le costó a Villa una persecución de 11 meses. Hasta se ofrecieron jugosas recompensas por su captura. Aun así, al Centauro se le reconoció en esa ciudad y con monumentos en varias localidades de aquel país. Hoy la segunda y última parte

Villa mostró su gusto por los cultivos. Correteó pollos, excavó con sus propias manos debajo de una planta hasta encontrar una papa para mostrar a sus invitados y les dijo: "Yo soy agricultor, buen agricultor, conozco los secretos de la agricultura y sé que es la salvación de los pueblos”. También reconoció que le había faltado cultura y que por eso desde que llegó a la Hacienda de Canutillo estudiaba todas las noches en su pequeña biblioteca. Texto: Raúl J. Fontecilla

Para conmemorar el “2023, Año de Francisco Villa” y los 100 años de la muerte del caudillo, publicaremos seis entregas, una por semana, que retoman las “Memorias narradas por él mismo” que dio a conocer EL UNIVERSAL GRÁFICO una semana después de su muerte. La primera parte revela las palabras con las que describió su infancia: dieciséis años de pobreza extrema, trabajo y su primer delito.

Tres años después del polémico asesinato del General Francisco Villa, su nombre volvería a aparecer en las noticias porque su tumba había sido saqueada, el objeto que robaron fue nada más y nada menos que su cabeza. Texto: Montserrat Callejas