La madrugada del 6 de febrero de 1926, el cuidador del cementerio de Parral, en Chihuahua, Juan Amparan, patrullaba como siempre los terrenos del panteón municipal de la ciudad de Parral, Chihuahua; sin embargo, lo que sería una jornada más de trabajo cambió de forma abrupta cuando descubrió que la tumba del famoso general Francisco Villa había sido profanada.

Aunque muchos consideraban al Centauro del Norte como un sanguinario bandolero, mientras que para otros fue un héroe de la Revolución Mexicana, la noticia de aquel hecho conmocionaría a todo México.

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La cobertura en periódicos locales del cráneo robado de Francisco Villa se mantuvo desde su notificación por parte del sepulturero del panteón de Parral a principios del mes de febrero de 1926. En la imagen se puede ver la cobertura que hizo el diario “El Correo de Parral” el 6 de febrero de 1926. Foto: Archivo Histórico de Parral/ Especial.
La cobertura en periódicos locales del cráneo robado de Francisco Villa se mantuvo desde su notificación por parte del sepulturero del panteón de Parral a principios del mes de febrero de 1926. En la imagen se puede ver la cobertura que hizo el diario “El Correo de Parral” el 6 de febrero de 1926. Foto: Archivo Histórico de Parral/ Especial.

El ataúd fue desenterrado durante la noche y su cuerpo había sido mutilado. El cuidador no demoró en denunciar la profanación a las autoridades municipales, ya que el cuerpo de Villa estaba incompleto, había sido decapitado sin dejar rastro del cráneo.

Ninguna de las puertas del cementerio estaba forzada, lo que llevó a las autoridades a investigar la posible entrada de los perpetradores escalando el muro que rodeaba el panteón.

En su declaración, el cuidador informó que el cuerpo del revolucionario había permanecido en su tumba durante 3 años, sin ningún evento inusual. Sin embargo, cuando regresó al cementerio después de hacer el informe, descubrió que la tumba había sido nuevamente saqueada por buscadores de tesoros que se habían llevado pedazos del ataúd y otras partes de los restos de Villa.

Así fue como inició una serie de teorías que convertirían en leyenda el extravío de la cabeza de Pancho Villa; una de las más populares era sobre la extracción de la cabeza de Villa, la cual es respaldada por los historiadores Friedrich Katz, Víctor Ceja y Paco Ignacio Taibo II, en la que Álvaro Obregón habría mandado al coronel Francisco Durazo Ruiz a robar la cabeza, en venganza por la pérdida de su brazo durante la Revolución años atrás.

Sin embargo, existen otras versiones dónde los responsables habrían sido estadounidenses y sus motivos tan variados que es difícil confirmar cual es el verídico, la versión adoptada por EL UNIVERSAL GRÁFICO fue que la cabeza había sido extraída por encargo de un científico frenólogo con la intención de estudiar el cráneo para conocer más acerca del carácter del caudillo y del porqué de sus actos durante la Revolución, las invasiones a Estados Unidos y la fama que tenía como un temido bandido.

El Museo de Sitio “Centauro del Norte” se ubica en el antiguo Hotel Hidalgo de la ciudad de Parral y es un punto histórico imprescindible en el estado de Chihuahua. En este sitio los pobladores velaron su cuerpo junto a los de otros dos revolucionarios, dentro de su colección se encuentran varias planas donde se hablaba de la cabeza perdida del caudillo. Foto: Cultura en los Estados/ Especial.
El Museo de Sitio “Centauro del Norte” se ubica en el antiguo Hotel Hidalgo de la ciudad de Parral y es un punto histórico imprescindible en el estado de Chihuahua. En este sitio los pobladores velaron su cuerpo junto a los de otros dos revolucionarios, dentro de su colección se encuentran varias planas donde se hablaba de la cabeza perdida del caudillo. Foto: Cultura en los Estados/ Especial.

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Tres días después, el 9 de febrero de 1926, las autoridades anunciaron la detención del principal sospechoso relacionado con el robo de la cabeza: Emil Lewis Holmdahl, un militar veterano norteamericano que había participado en la Revolución Mexicana, también fue aprehendido Alberto Corral como cómplice del crimen.

El comunicado oficial señala que Holmdahl había sido detenido mientras ofrecía en venta la cabeza de Pancho Villa, por cinco mil dólares, en la población de Columbus, Nuevo México. Pero cuando detuvieron al veterano de guerra no tenía consigo la cabeza, por lo que aún se desconocía el paradero de esta.

La detención del norteamericano causó tal impacto que los habitantes de Parral intentaron lincharlo una vez que llegó a la comisaría de la ciudad para investigarlo.

Después de cinco días de infructíferas investigaciones y por intervención de las autoridades estadounidenses, Holmdahl fue liberado y enviado a su país de origen por falta de pruebas y por no tener la cabeza en su poder.

El 13 de febrero de 1926 este diario publicó en primera plana la noticia de la búsqueda de la cabeza de Villa, que se esperaba recuperar en Chicago; supuestamente los científicos interesados en la cabeza residían en aquella ciudad estadounidense y que igualmente un millonario aficionado a la antropología y criminología estaba dispuesto a comprarla.

Los doctores Orlando Scott y James Whitney, prominentes médicos de la ciudad, anunciaron que esperaban la cabeza para examinarla desde un punto de vista patológico y que pretendían encontrar información relevante analizando el cerebro y el cráneo del general.

El 13 de Febrero de 1926 un par de días después de que se notificó el robo del cráneo de Francisco Villa, se hizo una exhaustiva búsqueda que con el paso de los días iba perdiendo fuerza debido a que no se encontraban pistas nuevas. Foto: Hemeroteca El Universal.
El 13 de Febrero de 1926 un par de días después de que se notificó el robo del cráneo de Francisco Villa, se hizo una exhaustiva búsqueda que con el paso de los días iba perdiendo fuerza debido a que no se encontraban pistas nuevas. Foto: Hemeroteca El Universal.

Este acontecimiento ideó varios reportajes que informaban las líneas de investigación para encontrar la cabeza perdida de Villa y se entrevistaron a varios expertos, como fue el caso del antropólogo Nicolás León, quien declaró en exclusiva para EL UNIVERSAL para desmentir las teorías descabelladas que se estaban difundiendo entre la población.

León aseguró que los responsables de la extracción del cráneo de Villa estaban motivados por estudios científicos de poca seriedad, influenciados por el morbo y el deseo de medir las proporciones del cráneo basándose en supuestos estudios de frenología, donde se hacía referencia a que ciertas protuberancias del cráneo determinaban las tendencias criminales de una persona.

Aunque la noticia fue muy escandalosa durante un tiempo, debido a la falta de fuentes y el aparente secretismo con que se mantuvo la investigación, para marzo del mismo año los informes sobre las investigaciones relacionadas con la cabeza perdida dejaron de aparecer y el caso quedó aparentemente en total silencio.

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La tumba del caudillo cayó en el olvido durante los años 30

Diez años después del asesinato de Villa, EL UNIVERSAL ILUSTRADO hizo un reportaje especial donde se visitó el cementerio que fue el último destino en ese entonces del Centauro del Norte.

Salvo la misa de aniversario que organizaba Austreberta Rentería, última esposa de Villa antes de su asesinato, el nombre y la tumba del caudillo se perdían en el olvido, solo con visitas esporádicas de algunos curiosos que pasaban para conocer el lugar.

El texto informativo narra que quien visitara la tumba en ese tiempo, se encontraría con un bloque de cemento sin inscripciones pero que, era bien sabido, correspondía a la tumba de Francisco Villa.

En 1934 a más de una década del asesinato del general Francisco Villa y apenas un par de años después del saqueo de su tumba, El Universal Ilustrado hizo un reportaje especial visitando la tumba del caudillo que para esas fechas se encontraba casi en total abandono. Foto: Hemeroteca El Universal.
En 1934 a más de una década del asesinato del general Francisco Villa y apenas un par de años después del saqueo de su tumba, El Universal Ilustrado hizo un reportaje especial visitando la tumba del caudillo que para esas fechas se encontraba casi en total abandono. Foto: Hemeroteca El Universal.

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El sepulturero que se entrevistó era el mismo que vio enterrar el cuerpo de Villa y formó parte de los testigos de la profanación de su ataúd para robar el cráneo.

Él mismo aseguró que de ese lugar lo sacaron para cortarle la cabeza y vendérsela a los yanquis, siendo una de las versiones más difundidas en la región.

La nota de este diario concluye que el estado de abandono de la tumba de Francisco Villa era producto de la ingratitud de aquellos que presumían ser ex-villistas pero que tenían sin cuidado el recuerdo del caudillo, donde descansaban sus restos sin siquiera una placa dando honor a su nombre.

Traslado del cuerpo de Villa al monumento a la Revolución

Las décadas pasaron sobre la tumba casi olvidada del revolucionario, los tiempos cambiaron y la Revolución Mexicana fue adquiriendo mayor peso histórico, se realizaron estudios más profundos y los monumentos alusivos empezaron a erigirse por el país.

El 17 de noviembre de 1976, el entonces presidente de la República, Luis Echeverría, ordenó exhumar los restos del caudillo para llevarlos del panteón de Hidalgo del Parral, Chihuahua, al Monumento a la Revolución que se encontraba en la capital.

El traslado de los restos de Francisco Villa en 1976 fue mediante un viaje desde Parral, Chihuahua, ciudad donde fue enterrado el caudillo, hasta la Ciudad de México para trasladarlos al Monumento a la Revolución junto a los restos de Francisco I. Madero. Foto: Guillermo Quevedo/ Archivo El Universal.
El traslado de los restos de Francisco Villa en 1976 fue mediante un viaje desde Parral, Chihuahua, ciudad donde fue enterrado el caudillo, hasta la Ciudad de México para trasladarlos al Monumento a la Revolución junto a los restos de Francisco I. Madero. Foto: Guillermo Quevedo/ Archivo El Universal.

Al día siguiente iniciaron los trabajos de exhumación, durante todo el proceso estuvieron presentes las últimas tres viudas de Villa. La tarea fue todo un reto porque encima del féretro había una gruesa placa de concreto que protegía los restos del general.

Esta protección fue una de las medidas que se tomaron después del robo de su cabeza, a fin de que no volvieran a extraer ninguna otra parte del cuerpo de Villa. Después de retirar la placa, sus restos viajaron en una urna hacia su último destino en el Monumento a la Revolución.

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En cada población donde circularon los restos del revolucionario las personas se amontonaban para ver pasar la urna y daban gritos vitoreando al general, su tránsito era como un desfile.

El 20 de noviembre a los pies del Monumento a la Revolución, el presidente Luis Echeverría hizo un solemne acto oficial para recibir los huesos del personaje histórico, el entonces secretario de Educación, Víctor Bravo Ahuja, pronunció un discurso y depositaron la urna en la misma columna donde descansa el expresidente revolucionario Francisco I. Madero.

Después de la exhumación, personas originarias de Parral aseguraron que los restos que ahora descansan en el Monumento a la Revolución no son de Francisco Villa, sino de una mujer desconocida que Austreberta Rentería, la última esposa, mandó a poner en la fosa para asegurarse de que nadie volviera profanar lo que quedaba de su cuerpo.

Homenaje realizado a los restos de Francisco Villa en 1976 por el presidente Luis Echeverría celebrando la estancia definitiva de sus huesos en el Monumento a la Revolución. Foto: Fernando Sosa/ Archivo El Universal.
Homenaje realizado a los restos de Francisco Villa en 1976 por el presidente Luis Echeverría celebrando la estancia definitiva de sus huesos en el Monumento a la Revolución. Foto: Fernando Sosa/ Archivo El Universal.

Según esta conjetura, el verdadero cuerpo del caudillo se encuentra a 120 metros de la tumba original en un espacio que Austreberta compró a perpetuidad. Incluso el acta de la compra existe y es confirmada por historiadores locales de Parral. Sin embargo, los funcionarios que organizaron el traslado de los huesos de Villa hacia el Monumento pasaron por alto dicha información.

¿La máscara mortuoria del rostro de Villa, sí es del general?

Como era costumbre en tiempos antiguos, cuando Francisco Villa fue velado en el Hotel Hidalgo de Parral se le hizo una máscara mortuoria para mantener vivo el recuerdo de sus rasgos y como referencia al ser una copia fiel de su rostro plasmado en yeso.

El mismo día del atentado los cuerpos de Francisco Villa y Miguel Trillo fueron trasladados al Hotel Hidalgo, se realizó la autopsia por los doctores Ernesto Quirós y Ernesto Herfter, quienes también embalsamaron los cuerpos para los actos fúnebres.

La mascara mortuoria del general Francisco Villa supuestamente se encontraba resguardada en un colegio del Paso, Texas. Durante la década de 1980 fue recuperada por el diputado José Socorro Salcido Gómez y se ha considerado la máscara legítima del general; sin embargo, historiadores especialistas en el tema han cuestionado que por los rasgos y una herida en la frente la máscara podría pertenecer al secretario de Villa, Miguel Trillo. Foto: Especial.
La mascara mortuoria del general Francisco Villa supuestamente se encontraba resguardada en un colegio del Paso, Texas. Durante la década de 1980 fue recuperada por el diputado José Socorro Salcido Gómez y se ha considerado la máscara legítima del general; sin embargo, historiadores especialistas en el tema han cuestionado que por los rasgos y una herida en la frente la máscara podría pertenecer al secretario de Villa, Miguel Trillo. Foto: Especial.

Después del embalsamamiento tanto a Villa como a Miguel Trillo se les moldeó una máscara mortuoria. Debido a que aun existían ciertas tensiones entre el caudillo y el gobierno, además de los fuertes rumores sobre su posible participación en el asesinato, por un largo tiempo la máscara permaneció escondida y fue localizada tiempo después.

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Durante varias décadas la mascarilla estuvo perdida hasta que gracias al diputado José Socorro Salcido Gómez, durante su gestión como funcionario de Chihuahua consiguió la devolución del molde de yeso que se encontraba resguardada en un colegio del Paso Texas.

A partir del molde recuperado se mandaron hacer esculturas de bronce que fueron donadas, una al presidente Miguel de la Madrid y otro par a diferentes museos del país, una de estas copias se encuentra en el Museo de la Ciudad 450 de Durango; asimismo, en un documental titulado “Héroes Anónimos” el mismo licenciado Salcido muestra una de las copias de la máscara mortuoria del revolucionario.

En un documental que forma parte de la serie "Héroes Anónimos" de Juan Ramón Aupart Cisneros se muestra la máscara mortuoria de Francisco Villa recuperada por el diputado José Socorro Salcido Gómez, esta mascara ha sido motivo de debates sobre si realmente pertenece al general revolucionario. Foto: Captura video YouTube “Máscara de Muerte de Pancho Villa” / Especial
En un documental que forma parte de la serie "Héroes Anónimos" de Juan Ramón Aupart Cisneros se muestra la máscara mortuoria de Francisco Villa recuperada por el diputado José Socorro Salcido Gómez, esta mascara ha sido motivo de debates sobre si realmente pertenece al general revolucionario. Foto: Captura video YouTube “Máscara de Muerte de Pancho Villa” / Especial

Esta pieza histórica tiene un valor especial debido a que sería el único objeto que registra las facciones del Centauro del Norte y es la única referencia que queda de la cabeza desaparecida.

No obstante, la supuesta veracidad de ser la máscara de Villa ha sido puesta en duda debido a ciertos detalles que muchos investigadores han registrado en el objeto, los rasgos no tan claros y un impacto de bala en la frente de la máscara dan más peso a que el rostro es más bien del secretario personal del Villa, Miguel Trillo, quién fue asesinado el mismo día junto con el general.

Una de las reproducciones de la mascara mortuoria de Francisco Villa se encuentra en el Museo de la Ciudad 450 de Durango rodeada de balas y con el certificado de donación de esta. Foto: Durango Oficial/ Especial.
Una de las reproducciones de la mascara mortuoria de Francisco Villa se encuentra en el Museo de la Ciudad 450 de Durango rodeada de balas y con el certificado de donación de esta. Foto: Durango Oficial/ Especial.

Haciendo una comparativa con las fotos de ambos cuerpos acribillados se puede apreciar que entre los disparos que dieron muerte al general Villa, no aparece ningún impacto visible en la cabeza, mientras que en las fotos del cuerpo de Miguel Trillo puede apreciarse el mismo impacto que se observa en la máscara.

De ser confirmada esta información por fuentes oficiales, la verdadera máscara mortuoria de Villa aún se encuentra perdida o guardada y la que se exhibe en los museos es el rostro de su secretario Miguel Trillo.

Máscara mortuoria de Francisco Villa. Fragmento del documental "Héroes Anónimos"

En el documental se muestra la máscara mortuoria de Francisco Villa recuperada por el diputado José Socorro Salcido Gómez, este objeto histórico ha sido motivo de debates sobre si realmente pertenece al general revolucionario.

El cráneo sigue desaparecido

Aunque la noticia tuvo una gran importancia, las investigaciones sobre el paradero del cráneo de Francisco Villa quedaron en el olvido poco a poco asumiendo que se había perdido en Estados Unidos, lugar donde muchos rumores señalaban el posible destino de la famosa cabeza.

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La respuesta de este misterio retomó importancia por una noticia publicada en el periódico Chicago Sun Post en 1968 que relataba que el profesor Boyd G. Carter, de la Universidad de Missouri, había encontrado el cráneo de Villa contando con pruebas para demostrar su autenticidad.

Según la nota, el profesor entregó la pieza a Guillermo Guzmán West, hijo del escritor, periodista y político Martin Luis Guzmán. No obstante, Guzmán West no entregó el cráneo a las autoridades, por lo que todo terminó en un rumor más, manteniendo el misterio del paradero del cráneo.

Francisco Villa es un personaje histórico que ha sido objeto de numerosas investigaciones, entre ellas la investigación que sigue causando gran interés entre los historiadores es sobre el paradero todavía desconocido de su cabeza que fue robada hace casi 100 años. Foto: Especial.
Francisco Villa es un personaje histórico que ha sido objeto de numerosas investigaciones, entre ellas la investigación que sigue causando gran interés entre los historiadores es sobre el paradero todavía desconocido de su cabeza que fue robada hace casi 100 años. Foto: Especial.

Durante las celebraciones del centenario de la Revolución Mexicana en 2010, un grupo de historiadores de Chihuahua, encabezados por el cronista Filiberto Terrazas, pidieron al gobierno federal un esfuerzo por mantener abierta la investigación y traer de vuelta a México la cabeza del revolucionario.

Basándose en las múltiples versiones de la ruta del cráneo de Francisco Villa, las investigaciones siguen su curso al día de hoy buscando en antiguos archivos, tanto de México como de Estados Unidos, aún se encuentra viva la expectativa de nuevas líneas de investigación, para por fin desentrañar uno de los misterios más sonados de la post revolución.


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