La pregunta que tiene en un hilo al país entero es si el gobierno de AMLO ha subestimado la gravedad de la pandemia de Covid 19 y no ha tomado las medidas correctas para mitigar los efectos de su inevitable propagación, inquietud que crece conforme conocemos las rigurosas políticas de aislamiento, distanciamiento social y cancelación de vuelos asumidas por países como China, Italia y Estados Unidos; y las reacciones de pánico de los mercados.
La aproximación a una respuesta pasa necesariamente por el conocimiento científico que se tiene hasta ahora de la enfermedad causada por la nueva cepa de coronavirus y que podemos esbozar así tras consultar a reconocidos expertos en epidemiología.
Sí, el Covid 19 es una enfermedad nueva y, por lo tanto, no se tiene mayor experiencia sobre su evolución y tratamiento que la obtenida desde que brotó en China a principios de diciembre pasado.
Se sabe que su transmisión es fácil por la vía aérea y que no es, desde luego, un simple catarro. Pero tampoco es de una gravedad generalizada ni su tasa de letalidad es alta. Los siguientes datos de la OMS avalan tal aserto: 80% de los casos son leves, incluso asintomáticos; 16% presentan manifestaciones graves, pero sin que terminen en decesos; y 4% son muy graves y de consecuencias fatales. Hasta ahora el promedio global de mortalidad está entre 3 y 4 de cada cien infectados. Su periodo de incubación va de uno a catorce días y los síntomas son fiebre, tos seca, cansancio y dificultad para respirar.
No hay vacuna ni tratamiento curativo. Una vacuna, probada y eficaz, no va a estar lista en uno o dos años. Los medicamentos que se suministran para su atención son de carácter paliativo. La enfermedad se cura una vez completado su ciclo natural que va de una semana a dos.
Hasta ayer se tenían contabilizados 131 mil 460 casos y cuatro mil 923 muertos con brotes en 116 países. Por esa propagación es una pandemia que entre el miércoles y ayer sumó siete mil 360 nuevos casos y 357 muertes. Pero 90% de los infectados se concentran en cuatro países: China y Corea del Sur (donde el contagio tiende a la baja) e Italia e Irán (donde sigue al alza).
Si dividimos los cuatro mil 923 decesos ocurridos en los 103 días que lleva la pandemia, el Covid 19 ha matado a 47 personas cada día, lo que contrasta con los 50 que mata el dengue, las dos mil quinientos que cobra el paludismo o los tres mil de la tuberculosis.
Hasta anoche había en México quince casos de coronavirus confirmados y 82 sospechosos. Después de varios días estables con solo dos casos, de martes a miércoles se sumaron cinco y de miércoles a jueves tres. La propagación crecerá en términos exponenciales a partir del próximo 20 de marzo, ya en un escenario de transmisión comunitaria. No se descartan medidas más agresivas de distanciamiento social.
Por lo pronto las de higiene constituyen la primera barrera de mitigación. Las de distanciamiento social seguramente aplicarán conforme avance la propagación. ¿Por qué estas últimas se tomaron casi de inmediato en 2009 con la AH1N1? Porque en México inició el brote y no se sabía nada del comportamiento de la nueva enfermedad.
No debe soslayarse que en esto se busca un complejo equilibrio entre las medidas más agresivas que recomienda la OMS y el temor de que éstas provoquen una recesión económica global. AMLO aseguró ayer que actuará conforme a la recomendación de los científicos, sin nada de política. Hacerlo está en su responsabilidad. ¿Está nuestro sistema de salud en condiciones de atender el problema? Ha mostrado preocupantes insuficiencias, pero ya lo veremos. Por lo pronto, el peor de los mundos sería que al contagio de Covid 19 se sume el del pánico. Sería devastador.
Instantánea:
¿MADRUGUETE? El nuevo oficial mayor de la Sedena, Agustín Radilla Suástegui, debe estar muy atento con la licitación LA-0077000999-E66-2020 relacionada con el servicio de corredor de fletes y trámites aduanales en cualquier ciudad de Estados Unidos, para la adquisición de bienes del programa Foreign Military Sales (FMS). Todo indica que su antecesor, David Córdova Campos, dejó la mesa puesta para que la empresa UNI TRADE BROKERS, S.C. sea nuevamente la ganadora. Esa empresa presta el servicio desde hace varios años sin contar con infraestructura propia y subcontratando a terceros, lo cual está prohibido por la ley de adquisiciones del sector público.
